2024/06/07

Muchas de las rutas terrestres reservadas para el transporte de narcóticos o el tráfico ilegal de armas, paulatinamente se han transformado en rutas destinadas al flujo de migrantes desde Colombia a Centro América, camino a los Estados Unidos. La multiplicación año a año de estos flujos de personas se presenta paralelo a la sustitución de drogas de laboratorio como el fentanilo, respecto del uso de la cocaína.

El declive de los precios de la cocaína está llevando, asociado a la sustitución del alcaloide por el fentanilo, a una considerable disminución del comercio de hoja de coca en las regiones colombianas que concentran su producción, haciendo más competitivo el cultivo de productos lícitos de carácter agrícola.

El origen de los recursos económicos de los carteles y grupos armados vinculados al tráfico de estupefacientes se ha diversificado de manera considerable, inclinando la balanza a las economías del oro, las maderas, el comercio de especies animales exóticas, o de la vida silvestre, en general, la extorsión y el secuestro. Los “impuestos” a las comunidades en sus zonas de influencia, a su vez, cobran importancia.

La diversificación de las exportaciones a regiones al margen de los centros típicos en el comercio de drogas al margen de Estados Unidos, como Europa Occidental y la promoción del mercado local y de otros, menos rentables en el pasado en el tercer mundo, explican el incremento de la penetración del comercio de coca en Brasil, el Cono Sur, Centro América, Mexico o África, y que se extiende a Europa Oriental y la federación rusa.

En síntesis, el mercado internacional de cocaína está viendo afectado su mercado más lucrativo y que centralizaba sus destinos, reorientando su actividad hacia un mercado que se dispersa por el mundo con mayores riesgos de interdicción, debido al alargamiento de la logística de transporte y, como consecuencia de menor rentabilidad.

Así las cosas, reducida la liquidez que caracterizaba las regiones colombianas vinculadas a la producción de hoja de coca y producción de clorhidrato de cocaína, que facilitaba la compra de autoridades y la movilidad de las economías locales, el soft power narco, trae como efecto la profundización de mecanismos represivos como fórmula para prevalecer en los territorios.

El incremento en las hectáreas de cultivos de coca, es un mecanismo para tratar de mitigar la disminución de los ingresos: vender más pero a menor precio. Un fenómeno, que también soporta la realidad del copamiento de la totalidad de la cadena de producción de hoja de coca. En particular, los señores de la guerra narco, desdoblan su poder traslucido en la propiedad de tierras, y ahora no compran la base de coca a los campesinos, si no que comercian de manera monopólica la producción en sus propios terrenos, o de otra forma, tienden a fomentar la colonización de la selva, un mecanismo paralelo de asimilar esta misma práctica.

La historia de la economía y de los grupos armados ligados al mercado de la cocaína, esta ligado a intereses estratégicos en el orden de la geopolítica, que entremezclan formas clásicas del control social de las poblaciones, legitimación de la represión estatal, inserción de modelos autoritarios de gobierno y finalmente control de los países.

Por décadas ha sucedido a Colombia, lo que contrasta con lo que ha representado esta temática con Perú o Bolivia, otros dos productores de hoja de coca.

Ahora mismo resalta lo que sucede con el escenario narco en los países nórdicos, o en Alemania, Francia, Países Bajos o la misma Europa Oriental, donde hasta hace pocos años era excepcional el teatro de la violencia narco en su territorio, pero que, de la noche a la mañana, absorbe la rutina de sus países y los titulares de sus matutinos.

La prosecución narco en este caso, de nuevo, se concentra en los mensajeros o en el comercio minorista por lo regular realizado por migrantes, mientras quedan a la zaga los grandes capos.

Es una historia que se repite, y como ya se ha mencionado, va paralelo a progresivas medidas autoritarias, ya en el propio “primer mundo”, en medio de la pérdida de derechos sociales y económicos debido a la crisis económica y política del Viejo Continente, y que dialoga con un contexto de guerra internacional, en particular, la que se lleva a cabo en suelo europeo.

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