El declive de la hegemonía
occidental ha derivado en crisis del sistema político internacional, un proceso
que se aceleró luego del fin de la bipolaridad, donde para entonces el respeto
entre potencias y el temor a una guerra internacional entre las mismas,
conocido los efectos sociales, económicos y políticos de dos grandes
conflagraciones globales, permitió construir consensos y un sistema internacional
que evitara repetir la escena dantesca de decenas de millones de víctimas especialmente
en Europa, Asia, el Pacífico y Norte de África.
Las dos grandes guerras, de hecho, facilitaron el avance al modelo socialista, el capitalismo de estado, que buscaba contener el hálito nihilista del capitalismo empresarial que en razón de la naturaleza de sus crisis de tasa de ganancia y de sobreproducción, requiere constantemente ampliar su espectro geoeconómico, la absorción y recreación de mercados, o dicho de otra forma extender los dominios de zonas de influencia y propiamente el uso de la fuerza militar en el contexto del imperialismo.
Esta historia, en particular, del socialismo, llegó a su cenit con el derrumbe de la Unión Soviética(recordar que no hubo una guerra que llevara a la caída o toma militar de Moscú en 1991 como una decisión voluntaria de abandonar dicho modelo económico), puesto que la teoría marxista consideraba que era inevitable una revolución mundial debido a la laboralización de los trabajadores en el contexto del modelo capitalista empresarial, y que la conciencia social o, dicho de otra forma, de clase, llevaría al gobierno país a país a manos de los trabajadores en el mundo quienes asumirían estados socialistas.
Como se sabe, nada de esto sucedió y las sucesivas revoluciones tecnológicas relativizaron la necesidad de fuerza de trabajo involucrada en la producción, el juego de luces del mundo del consumo y los mass media disolvieron la fórmula marxista y precisamente hoy estamos ante un mundo laboral caracterizado por la universalización del trabajo informal a escala global.
Ahora bien, el sistema internacional de posguerra en torno a la Organización de Naciones Unidas-ONU entró en una fase terminal al presentarse el periodo unipolar, donde Estados Unidos acentuó el control sobre las organizaciones de Bretton Woods, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio (que hacen parte de la ONU) y de su diversidad de instituciones internacionales que quedaron supeditadas a la influencia y financiamiento de Washington, la monetarización en dólares de las economías del orbe y en si a la promoción de intereses de Wall Street.
Son muchos los efectos. En el anexo que viene como Referencia se aborda la contaminación política del sistema de justicia internacional, en particular, el referente a la Corte Penal.
El Tribunal Penal Internacional en teoría se constituyó como una justicia complementaria a la justicia de los países en caso de que “para el CPI” no se estuviera impartiendo justicia en lo doméstico.
Entre otros, la legislación en torno a la CPI fue la que en la práctica eliminó los procesos de amnistía y las leyes de punto final frecuentemente utilizadas en procesos de paz en el mundo, que en particular se focalizaron el Sur Global debido al pacto entre potencias que sobrevenía al fin de la Segunda Guerra, y obligó a construir una alternativa para estos propósitos, la Justicia Transicional.
Juristas destacados país a país en el mundo y que hacían, y hacen parte del poder judicial de los estados, se convirtieron en fervientes defensores de la doctrina de la CPI, pero olvidaban algo que es lo q plantea el vídeo anexo y es que la CPI no adquirió competencia en países como Estados Unidos, que no rubricó el tratado de su fundación pero precisamente esto dejo el país con mayor récord de actividades militares en el mundo(son cientos de bases militares según Gemini de Alphabet) que no cesaron tras el fin de la Guerra Fría y que por sus características representan la apertura de casos contra individuos estadounidenses involucrados en las mismas.(solo pensar en el papel de EEUU en el genocidio contra el pueblo Palestino, por nombrar algo reciente).
La CPI ahora se desvela como una entidad que con cerca de dos centenares de países signantes se ha dedicado a procesar personas "esencialmente" de África, una nueva forma de colonialismo moderno.
Ningún alto magistrado que había accedido a la información del comportamiento de la CPI había hecho repulsa a ello y otorgaban todo crédito a su actividad y doctrina.
Hoy el procesamiento de Netanyahu por la CPI, la excepción a la norma, ha puesto en la mira a los magistrados de este tribunal respecto de sanciones por parte de EEUU y ya se ha recordado el "derecho de invasión" por parte de Washington de la misma Haya.
El referente político en medio de la batalla entre potencias actual es no solo mantener como divisa la existencia de la Comunidad de Naciones, la ONU, eso sí, en el orden de la profundización de la democracia en legislación e instituciones que corrijan las asimetrías tanto de la bipolaridad como de la unipolaridad, soportados en la soberanía de las naciones y en el horizonte del abordaje de temas sistémicos globales como la guerra por los recursos en medio del cenit de los mismos, es decir, el control de las economías extractivas, del modelo consumista, la descarbonización de la producción y las políticas destinadas a contener y mitigar los efectos del cambio climático.
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