2024/09/12

El mayo del 68 francés supuso la renovación política del capitalismo en Europa Occidental y estadounidense ante la mordaz crítica de la constitución de élites empresariales que se desdoblaban para controlar el Estado, es decir, la crisis de la democracia liberal, aperturando un proceso de reconstitución de los frente nacionalismos que sobrevinieron a la segunda guerra mundial, una aritmética política que planteaba acuerdos de cuotas en los gobiernos que zanjara las divisiones profundas entre la élite  que dejó la ocupación e intervención  alemana en Francia.

La crítica al capitalismo se daba en el orden disciplinar en todos los ámbitos de la sociedad y la perspectiva imperial del actuar del interés del Estado. En el centro estaba que un ser humano no deja de ser humano creativo y reflexivo en toda su existencia, lo que va de la escuela al trabajo en la industria, y más allá donde el trabajo no es fin de las sociedades si no su felicidad.

Por su puesto, era no solo una crítica al capitalismo si no también al modelo socialista soviético de por entonces, respecto del capitalismo empresarial occidental que tiende a una neo esclavitud y el capitalismo de Estado soviético por la rigidez que imponía considerar la sociedad al margen de la recreación del consumo e ideologizaba los comportamientos del escenario de la privacidad e individualidad.(esto último que si que merece atención en un capitalismo que tiene como  principal dispositivo las empresas punto com, donde la privacidad ha sido extinta).

 Lo que no fue erosionado en la URSS por estos aspectos, lo hizo el temor que producía la tentación que imponían los juegos de luces procedentes del modelo occidental que hacían pensar en sociedades más democráticas, menos condicionadas en su quehacer cotidiano, no segregadas en  extremo y no imperialistas  en el contexto del Estado de Bienestar (pero donde los mass media occidentales ocultaban las necesarias expansiones geoeconómicas o neo imperialismo con el que sustentarlo y la alienación que produce la demanda de ganancias empresariales en el marco de lo laboral), con el que se buscaba precisamente contener la atracción ideológica del campo socialista, más participativo en la propiedad y que hacer de las empresas, factores que siguen siendo la cuadratura del círculo que de referencia a las apuestas políticas en la actualidad.

Ahora bien, el 68 francés puede considerarse como la primera piedra de lo que fue la crisis posterior y derrumbe del campo denominado socialista, lo que se dejó ver con la primavera de Praga en 1968 considerada “una desviación” y disuelta por parte la URSS.

Por su parte, la actual crisis de la hegemonía estadounidense y en general de los frentenacionalismos en Occidente tienen soporte en la disolución del Estado de Bienestar y los derechos ciudadanos que el capitalismo empresarial dispuso como mecanismo de contención de las ideas socialistas, que se evaporaron luego de la desaparición de la URSS, pero que hace pensar en lo necesario de procesos de apertura política y oxigenación de las sociedades ya no como herramienta ideológica si no respecto de la restauración de la democracia perdida, corrigiendo las derivas que pretenden defender frentenacionalismos cuestionados que optan por tendencias cada vez más conservacionistas y que empujan el carro del conflicto civil doméstico, la securitización de la sociedad o, de otro lado, la guerra  colonial exterior como elusión de las tensiones internas.

Por supuesto, y un tema que va más allá que entrecruza lo anterior, cual son los requerimientos que impone a la sociedad el equilibrio o más bien, el desequilibrio del ecosistema ambiental de la tierra que finalmente tiene que ver con cómo los determinantes socieconómicos se ven modificados, que en un modelo capitalista tiende a una mayor segregación social y claro está, por que se relaciona con la misma supervivencia de la humanidad.

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