2024/08/14

En EEUU los esfuerzos y desarrollos económicos y científicos logrados por el sector público son entregados a compañías privadas, buscando estimular subsecuentes avances en un escenario de competencia empresarial.

La dirección inversa de lo privado a lo público en cuestión de logros empresariales no existe salvo el pago en cash por las entidades estatales. Solo pensar en lo que fuera el desarrollo de las vacunas COVID.

El problema del capitalismo considerado un escenario de competencia interempresarial, como incentivo de nuevos desarrollos, también está en cuestión debido a que la corporatización del Estado, es decir, la puerta giratoria con la que los empresarios gobiernan los estamentos públicos, en particular los dedicados al control de la aparición de monopolios, no solo no controlan si no que terminan, por el contrario, en incentivo de los mismos, uno de los problemas centrales del capitalismo en Occidente. Los monopolios constituidos se dedican a aplastar la competencia mientras inclinan su actividad a campos económicos que otorguen ganancias con menor esfuerzo y riesgo, como la especulación en bolsa. Es decir, las empresas consolidadas en oligopolios y monopolios ya no están interesadas en recrear sus desarrollos técnicos, menos aún en generar empleo, en el fondo la función social que el capitalismo occidental cede a las empresas y con lo que justifica entregar todos los esfuerzos del Estado y la nación a los empresarios. -De hecho, el milagro chino se ha dado por la realidad de la existencia de empresas estatales y mixtas con carácter público por doquier, que fungen de estabilizadoras de la economía toda vez que constituyen control de la consolidación de monopolios-.

Todo esto está sintetizado en la historia de la creación de los magnates de Wall Street entre ellos Elon Musk o Bill Gates, por nombrar alguno, mil millonarios que cuando hablan, lo hacen desde un atril de cristal de una protomonarquía: pontifican sobre cómo es y debe ser el mundo, lo que no se queda en palabras, porque con su billetera hacen bailar al perro y hasta los imperios.

Esta semana Musk dio otra puntada a su actividad como político, que se suma a lo sucedido con Venezuela, entre otros promoviendo noticias falsas, con su entrevista a Trump, la que de paso, hay que decir fue prácticamente omitida en su transmisión por los medios tradicionales de EEUU, casi todos controlados por los demócratas, salvó el mismo X, la app donde se realizó el encuentro entre los líderes.

De hecho, Musk pidió excusas por los retrasos en el inicio de la transmisión consecuencia de un ataque informático excepcional que "saco del aire" a X, casi todo el lunes, día de la entrevista, un elemento que habla de la verdadera batalla -que cada vez supera más limites- librada entre élites estadounidenses por el poder del gobierno.

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