2024/08/15

El mundo de las redes puede definirse como un antes y un después de la Inteligencia Artificial.

La evolución de las tecnologías de la in-formación y la co-municación, tecnología propiamente de este siglo, ha pasado de ser una tecnología para la influencia social -un perfeccionamiento del quehacer del mundo del cine con Hollywood o la televisión análoga, la iglesia católica en el muy remoto pasado-, gestionada a través de servidores y algoritmos desarrollados por humanos, a el software generativo un invento que traduce el que la máquina o una cadena de algoritmos desarrolla nuevos algoritmos a pedido de objetivos de sus propietarios, las grandes tecnológicas  y élites, por supuesto.

Eso lo cambia todo.

Como pasar de crear e imprimir noticias en la imprenta de Gutenberg, “papel a papel” a gestionar noticias a la medida de cada persona con el fin de generar efectos de control, y esto a lo largo y ancho del mundo para la demanda de cada ser humano que contacta con la red internet.

Los bots son la inspiración, es decir, cientos de miles de cuentas en redes gestionadas por personas a las que se les paga por “impulsar” otras cuentas o Hashtags de particulares o empresas haciendo comentarios “adecuados”, movilizando el tráfico, los muy famosos “me gusta” o retweets, creando la alquimia psicológica del efecto manada al que se ven atraídas las personas (el moderno Para donde va Vicente…), un objeto que como se ve será más que perfeccionado por la Artificial Intelligence. Como se sabe un simulador de IA perfectamente puede establecer una interacción argumentativa cual fuere un humano superando las tareas repetitivas que caracteriza un bot.

Joseph Goebbels reiría.

Sin duda, la posibilidad de la construcción del consenso conceptual o la descripción de las vivencias sociales o políticas se realiza por el diálogo entre lo diferente, el contraste, el choque argumentativo, y es lo que está feneciendo a través del mundo de las redes, pero un referente que se ha ampliado a la escena de los telediarios convencionales, como decir que los consejos editoriales en la práctica han sido sustitu+idos por herramientas de IA.

Ahora estamos en la batalla entre las capacidades humanas, de su cerebro, para enfrentar un desarrollo excepcional de control regido por las cadenas cuasi infinitas de ceros y unos, que buscan como en todos los tiempos establecer imperios e intereses económicos y políticos.

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