2024/08/30

 

Amasar la opinión ha cruzado la larga historia que va del púlpito, la radio, la televisión análogas, al mundo de la internet, y en particular las redes sociales.

El poder de informar involucra por supuesto intereses, de la iglesia, en su momento, de los monarcas, los Estados y en un mundo caracterizado por el modelo económico capitalista, por sistemas de información gestionados por grandes empresarios.

Hoy esta historia está siendo impactada por una nueva inflexión.

El desarrollo de las multinacionales de la información y la comunicación, y en particular las redes sociales, una herencia de la hegemonía estadounidense, penetró cada país del mundo soportándose en principios como la neu-tralidad de su uso, la asepsia económica y política y el respeto por las culturas.

Sin embargo, cada uno de estos elementos vienen siendo problematizados casi desde que progresó Internet y hace poco más de 20 años después de ello, la crítica ha trascendido a la acción de los Estados en la regulación de la operación de la red.

Un antecedente importante a la desconfianza de la neutralidad de la Internet se presenta debido a que las Big Tech y sus empresarios en EEUU, que ahora hacen explicito su interés político, están en abierta batalla, y en medio de ello ha trascendido las acusaciones sobre la actividad política y la acción conductiva a los usuarios de redes, que por su penetración resulta determinante electoralmente hablando.

De hecho, apenas hace unos días Trump amenazó a Mark Zuckerberg con cárcel de ganar las próximas elecciones, de reeditar las acciones en las Apps de Meta, que el expresidente considera que afectaron los resultados en las pasadas elecciones y donde salió triunfante Biden.


Hoy el presidente Lula da Silva ha salido en apoyo a la decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil, que demanda la representación de X en un juicio de responsabilidad en el país Carioca.

El incumplimiento de X a la demanda judicial de comparecer ante los tribunales, ha trascendido a la resolución en la que se ordena cerrar la operación de dicha aplicación en el país y tomar recursos bancarios locales de propiedad de Starlink, ante multas que involucran el caso.

Por su parte, "se impondrá una multa diaria de casi USD 9.000 a cualquier individuo o empresa que utilice mecanismos como VPN para acceder a la red (es decir al uso de X)" reporta Infobae.

Sin duda, el aire colonial de las grandes plataformas occidentales son visibles, si se compara el cómo atienden los requerimientos que hacen los países donde operan.

Los directivos de estás megaempresas, comparecen ante las entidades de EEUU, parcialmente lo hacen ante Europa Occidental y el resto del mundo es simplemente obviado.

 Lo de China o Rusia es diferente, en tanto poseen plataformas equivalentes a las occidentales de carácter doméstico.

La perspectiva del mundo de las redes sociales parece inclinarse a un mix de plataformas de Occidente, Oriente y otras más de carácter local, aunque también es previsible que paulatinamente se reconfiguren las formas de comunicación actual incluso al margen de la internet, la que quedaría como un elemento más para la transmisión y socialización de la información.

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