2024/07/08

El férreo control de los medios de comunicación mainstream en el Viejo Continente, lo que incluye el influjo de las encuestadoras, no han podido contener la erosión del bipartidismo, es decir, el que se turnen dos partidos el poder, por décadas, lo que sobreviene a la Segunda Guerra Mundial  y que tiene que ver con la asimilación del proyecto político “del fin de la historia”, el neoliberalismo.

La perspectiva de la sustentación de la alicaída hegemonía estadounidense está vinculada con la trágica idea, de superar su problema estructural de producción industrial y desarrollo tecnológico, a través de la guerra con Rusia, ya abierta, y progresivamente con China, en este momento, al nivel de batalla comercial.

En el caso de Rusia, el mandato imperial en torno a Kiev es que Europa asuma los costos financieros de la guerra, y en fases, si se piensa en costos en vidas, primero con las gentes de la propia Ucrania, desdoblándose a tropas de Europa Oriental y luego, los jóvenes de la Europa Occidental.

Las últimas tres semanas se han llevado a cabo en Europa, elecciones al parlamento europeo y otras más de carácter doméstico, en las que los medios han buscado mantener a la distancia la posibilidad de que se discuta el tema sensible de la guerra, o la postura de los estados sobre lo que sucede a los palestinos.

Aún así, en Alemania despuntó Alternativa para Alemania-AFD, quien tiene como bandera la negociación de la guerra en Ucrania y que se convirtió de facto en la segunda fuerza política del país teutón en las elecciones al parlamento europeo, superando al tradicional Partido Social Demócrata, al que pertenece el canciller Scholz, quien ha evitado llamar a elecciones adelantadas pese a la nueva realidad política.

En el caso de Francia, ya pasada la segunda vuelta a elecciones de la Asamblea Nacional, la sorpresa fue el primer lugar de la Francia Insumisa, pese a que los resultados de las pasadas elecciones al parlamento europeo, colocaban en primer lugar en votos a nivel nacional a la Agrupación Nacional de Marine Le Pen.

Ahora bien, se habla de despertar, porque aún los resultados tanto en Alemania como en Francia, están lejos de colocar en el control de los gobiernos a las formaciones que se distancian del mundo frentenacionalista, en su aprehensión por la guerra.

Aún no está claro, si Macron en Francia establecerá una relación formal con el Frente Popular, como es debido por ser el grupo político de mayor votación, para formar gobierno, en este caso la elección del primer ministro, esto porque se plantea el que no lo haga, y trate de sustraer de derechas e izquierdas, son sacar los políticos, para construir un gobierno que le salga al paso a las demandas del Frente Popular, respecto de que Francia abandone la Otan, que se derogue la anterior ley de pensiones, que incremento la edad de jubilación, y la ley de migración, la una aprobada con un articulo constitucional excepcional que omite el rechazo de la ley por parte de la Asamblea Nacional, o que no obtenga los votos necesarios en su aprobación y la otra, en la que el macronismo terminó por recibir los votos del Frente Nacional de Le Pen para su aprobación.

Sobra hablar de Alemania donde, como ya se mencionó Scholz se resiste al llamado a elecciones y de Reino Unido, donde el ministro de defensa John Healey del recién instalado en Downing Street, Starmer, ya hizo explicito un nuevo paquete de ayuda financiera y militar a Kiev.

El quite del llamado electoral a que se revise la postura política pro atlántica de los gobiernos alemán y francés, hace pensar que las calles jugaran un papel decisivo si se trata de persuadir las élites que conducen el Viejo Continente, a abandonar su perspectiva de una cada vez mayor y más desbordada guerra continental, o de otro lado, mantener una postura criptográficamente favorable a Israel en su genocidio contra la nación palestina.

Ahora bien, la expectativa respecto del Reino Unido en manos del laboralismo también esta en observación, esto debido a las ya visibles movilizaciones que se presentaron semanas atrás, en contra de la guerra tanto de Ucrania y del genocidio en palestina, y a las previsiones del incumplimiento de promesas de campaña del gobierno de Starmer, respecto de la implementación de un gradual keynesianismo que alivie la deficiente y costosa prestación de servicios públicos de energía, transporte o apoyos sociales.

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