2024/06/01

La extensión del imperio francés de la mano de Napoleón Bonaparte, la emergente potencia marítima, económica, comercial y militar, sobre el imperio español, entre 1808 y 1813, derivó en el alzamiento armado de élites criollas en América, considerados ciudadanos de tercera por la realeza europea, quién se reservaba el control de riquezas y tierras, un mandato que otorgó la derrota militar efectuada a las poblaciones originarias del continente.

Así las cosas, el choque entre potencias del Viejo Continente, lo que involucró ingentes recursos económicos y militares, facilitó las cosas a los ejércitos independistas en América en los Virreinatos de Nueva España, Nueva Granada, del Perú y del Río de la Plata.

En particular, el imperio Azteca, fue asumido por la corona española, luego de la derrota del imperio Mexica, que poseía como capital Tenochtitlan, una de las urbes más grandes del mundo para la época con más de 200 mil habitantes y actual ciudad de Mexico, dominada por Hernán Cortés en 1521.

Dicha región, hacía parte del Virreinato de la Nueva España, que incluía el actual Mexico, los estados de California, Florida, Luisiana, Oklahoma, Wyoming, Kansas, Arizona, Nevada, Colorado, Nuevo Mexico, Washington, en Estados Unidos, y la Columbia británica en Canadá; la capitanía de Guatemala, Belice, Costa Rica, Salvador, Honduras y Nicaragua en Centro América, y las islas de Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Guadalupe.

Esto para recordar, que los alzamientos independentistas en los Virreinatos españoles en América, delinearon la actual geografía política que conocemos en la actualidad.

De hecho, el análogo al ejército independista bolivariano, para nuestro caso, tuvo en el ejército Trigarante, capitaneado por Iturbide, la labor de la independencia de Mexico entre 1821 y 1823. A lo que vino después la batalla entre sectores liberales, inclinados por la revolución democrática, y otros, conservadores que optaban por concentrar los territorios y riqueza de la antaño metrópoli colonial española.

En 1838, Mexico tuvo que sobrellevar la invasión de Francia tras el reconocimiento de la independencia por parte de España: Mexico con el apoyo de Inglaterra y Francia con el de Estados Unidos. En 1962-1968, Benito Juárez, suspende el pago de la deuda externa, y sobreviene la segunda intervención francesa, donde la metrópoli europea finalmente sale vencida.

Las clásicas batallas partidarias sobrevinieron con la Guerra de Reforma entre el liberal Benito Juárez y los conservadores, Zuloaga y Miguel Miramón; el porfiriato liberal de Porfirio Diaz y el legalismo de José Maria Iglesias, o la disputa entre los liberales Francisco “Pancho” Villa y Emiliano Zapata y el conservador, denominado constitucionalista, Venustiano Carranza.

Por su puesto, las guerras trajeron su propia tragedia. Y es que, en 1848, Estados Unidos interviene Mexico y obtiene la mitad del territorio, para entonces, del país Azteca, es decir, los actuales estados de California, Arizona, Nuevo Mexico, Texas, Nevada, Utah, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.

Como el caso del Partido Liberal colombiano, el Partido Revolucionario Institucional-PRI, nació con la expectativa de avanzar en un proceso de profundización democrática, recuperación del aparato industrial y la gestión estatal de los recursos naturales, pero una iniciativa que paulatinamente perdió su brillo, terminando por asimilar una preferencia conservadora.

El PRI tuvo su propia hegemonía desde el año 1946 hasta 1994, mediante un proceso exitoso de cooptación de sectores políticos diversos, que culmina con el presidente Ernesto Cedillo.

A la postre sobrevinieron los gobiernos del Partido de Acción Nacional-PAN, entre el año 2000 y el año 2012, con Vicente Fox y Felipe Calderón en su orden, que con banderas democráticas ascendieron al poder, pero que ajustados, de nuevo, al neoliberalismo, lo que se sumado a escándalos de corrupción, terminaron por entregar de nuevo el gobierno al PRI, y al presidente Enrique Peña Nieto para los años 2012 y 2018. Sin embargo, la profundización del modelo neoliberal, que cimentó la acción de los grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción, abrió finalmente paso a un gobierno al margen de los partidos y movimientos políticos de mayor tradición en el Palacio Nacional de Mexico, al mando del Movimiento de Renovación Nacional- Morena a través de Andrés Manuel López Obrador, un partido estructurado en la coalición Juntos Haremos Historia, el Partido del Trabajo de Mexico, el Partido Encuentro Social-PES, Verde Ecologista de Mexico-PVM, entre muchos otros, que toma como propio elementos republicanos, relacionados con la preeminencia de los derechos ciudadanos, el restablecimiento de instituciones que así lo representen y la recuperación de la soberanía nacional.

El presidente Obrador, que culmina su mandato en octubre próximo, en medio de una asonada de los medios tradicionales de comunicación, ha logrado sacar adelante la iniciativa que fortalece la presencia del Estado en la generación de energía eléctrica, mediante la readquisición de térmicas; la recuperación de la posición estatal y de zonas petroleras de la empresa nacional de petróleos, PEMEX. La recuperación del sistema férreo nacional, la construcción del Tren Maya y el Tren Interoceánico.

AMLO, ha sabido recaudar las tensiones entre Occidente y Oriente, en medio del tránsito a la multipolaridad, facilitando la localización, reshoring, de empresas productivas estadounidenses en suelo mexicano. En el caso de China, Obrador tras renegociar el Acuerdo Comercial con Estados Unidos y Canadá-TMEC, fomenta, a su vez, las inversiones del gigante asiático.

Las acciones del presidente mexicano, se extienden a la reconfiguración del aparato de seguridad nacional en la lucha contra el narcotráfico, como referente de la construcción de infraestructura pública y en la inversión social.

Esto para decir, que el día de mañana se lleva a cabo la elección presidencial, de senado y diputaciones federales en Mexico, donde la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, ex alcaldesa de ciudad de Mexico,  parte como favorita y disputa en encuestas con la candidata de la coalición de partidos tradicionales, Partido Revolucionario Institucional- PRI, Partido de Acción Nacional-PAN y el Partido Revolucionario Democrático-PRD, Xóchitl Gálvez, donde están convocados alrededor de 100 millones de votantes.

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