2024/05/15

La migración de un sin número de actividades humanas en medio del pico pandémico de 2020, permitió la consolidación de miles de millones de ficheros de las granjas de servidores, ciu-dades enteras futuristas, pero en el presente, muchas en excavaciones faraónicas en el subsuelo o en el desierto, alejadas de la “civilización”, donde se guarda la información privada de toda cuanta persona interactúa con un smartphone en el mundo.

Y se dice que facilitó la consolidación, porque acompasa el esfuerzo de las familias, que ahora se concentran en comprar un smartphone a sus pequeños en edades tan tempranas, donde apenas pueden sostener los equipos en sus pequeñas manos, y donde los niños tienen un mundo de juegos por explorar, pero donde también son explotados en los datos que son captados por las grandes tecnológicas para sus fines comerciales, y donde los Sam Altman, Musk, Bezos o Pichai, hacen todo por gratificar los inversores de Wall Street y la opción imperial occidental, y ahora oriental.

La bóveda de datos para la Inteligencia Artificial había adquirido suficiencia mientras, el machine learning, el aprendizaje de la máquina o el software que establece parámetros del comportamiento humano a través del registro del comportamiento de la voz,  el movimiento de los ojos, del rostro, lo que se suma a la inconmensurable información que diariamente entregan las personas, voluntariamente o no, en su contacto con la internet, derivó en aplicaciones que simulan a la perfección el comportamiento de un ser humano y con capacidad sobre humana.

De hecho, ahora mismo, hay que pagar por obtener un software que establezca si la comunicación mediante una app de servicios es o no un ser humano. La sustitución de la identidad es pues una realidad, y el sueño de Meta de recrear un mundo paralelo en la virtualidad otro tanto, un universo de la posrealidad, donde no es que una persona delegue un avatar, como que el software tiende a sus-tituir al humano. Se venderán las personas y sus capacidades como la oferta de un shampoo.

Es el marxismo girado 180 grados. No solo, no se proletarizó de manera generalizada la fuerza de trabajo humana como palanca del desarrollo capitalista, si no que en la práctica las capacidades humanas están siendo progresivamente sustituidas tanto en la actividad fabril, algo que lleva décadas, como en la intelectual, lo que toma celeridad con la IA.

Las personas dejan de ser objeto para la incidencia del algoritmo, destinado a inducir y prever el gasto privado y el comportamiento humano en aras del control social, algo ciertamente perfeccionado, pero lo que va quedando como antesala de la tecnología, porque ahora aborda particularmente su sustitución, la perspectiva de la utopía empresarial de concebir un planeta con una población bien reducida, a su medida, que salga al paso a la otra utopía irrealizada del Star Trek de conquistar el espacio sideral de 1966.

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