2024/04/15

La tendencia a la confrontación militar en una era de giro geopolítico, o cuando una potencia hegemónica entra en declive, que de forma dialéctica se acompaña del auge de otras potencias, ha sido definida por el politólogo estadounidense Graham T. Allison, como la trampa de Tucidides, luego de valorar 16 procesos de relevos políticos internacionales, donde en 13 de los mismos, la potencia en declive optó por una salida militar para evitar su caída, lo que en cualquier caso resultó inevitable.

Tucídides era un historiador y militar griego que registró el acontecer de las guerras del Peloponeso en el siglo V, antes de Cristo, y es llamado también el padre del realismo político, y alerta sobre como los procesos en mención, tienden a inclinarse a favor de “argumentos” que favorecen la acción militar, antes que la negociación y el reconocimiento de las contrapartes, para luego padecer los dolores en los que deriva la guerra, luego de lo cual, conforme quedan las cenizas se establecen los condicionamientos políticos de las nuevas edades en la geopolítica.

Esto para confirmar que el teatro del Medio Oriente, luego del recién realizado ataque de Irán a Israel, representa la más moderna trampa de Tucídides, que aplica tanto a la batalla abierta entre Teherán y Tel Aviv, como su apenas comprensible extensión al resto del orden internacional, si se piensa en la dualidad Estados Unidos y el espectro sino ruso, o de otra forma, los BRICS 10.

De hecho, los llamados a la moderación realizados por todas las partes, evidencia el temor a una escalada, la que, desafortunadamente, se presentará en cuestión de tiempo, esto porque la acción militar iraní coloca una línea roja a las tradicionales aventuras militares israelíes en Oriente Medio, que, de hecho, representan la forma de dominación explícita de Occidente, en una zona donde se concentran las mayores reservas de petróleo convencional del mundo, que ya ha taladrado comercialmente China y los BRICS 10, y que solo resta porque sea contestado en el orden militar.

Puede afirmarse, que Estados Unidos ha logrado mitigar desde hace al rededor de una década, su abastecimiento de petróleo en propio suelo(e incluye Canadá), por medio del fracking, sin embargo, como se sabe, es una producción rentable a través de altas subvenciones económicas, que se lleva a cabo con emisiones de dinero, lo que solo estimula la inflación y la pérdida de competitividad respecto de China, por lo que los yacimientos de petróleo convencional en cualquier lugar del mundo, pensar por ejemplo en Venezuela, Rusia, ni que decir, Oriente Medio, siguen siendo vitales para el mercado estadounidense, que por su naturaleza es adicto al oro negro.

Y si se piensa en Europa Occidental, la situación es más compleja, debido a su alta dependencia de importaciones de crudo, en tanto, alrededor del 86% del petróleo que consume es importado.

Es decir, del como se resuelva la situación en Oriente Medio, dependerá del cómo, y en qué condiciones Occidente accederá a la región petrolera más importante del mundo.

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