Colombia es el primer país en
emisión per cápita de mercurio del mundo, un producto derivado del
aprovechamiento del mineral de cinabrio, del que se obtiene el único metal
líquido a temperatura ambiente, en la tabla periódica, y tiene antecedentes de su uso, en
descubrimientos realizados en tumbas de 2500 años, antes de cristo.
Como buena parte de los descubrimientos de materias primas, no se encuentra de manera libre en la naturaleza, su uso industrial pasa por mezclas con disolventes o ser quemado, en medio de prácticas asociadas a la minería de oro, lo que tiene derivas en efectos en la composición del agua de ríos y mares, el aire o los suelos, integrándose a la cadena trópica de los alimentos, peces o productos vegetales, que finalmente impacta la salud humana al ser consumidos o estar en contacto con la piel u ojos, lo que se agrava al progresar los niveles de acumulación del contaminante en la naturaleza, luego de los excesos de las explotaciones.
En Colombia, responde por la contaminación de los grandes ríos Magdalena y Cauca, y otras muchas de sus cuencas, asociadas a las regiones vinculadas con la explotación de oro, como se ha mencionado, que, de hecho, demanda ingentes consumos de agua dulce en su aprovechamiento y de remoción de toneladas tierras para la obtención de gramos del preciado metal. Parte del proceso de extracción de oro pasa por la separación del mercurio del metal aurífero, lo que se hace con el flameo del producto, produciéndose gas de mercurio, que provoca contaminación amplia de suelos, al ser precipitado por las lluvias en los territorios.
La obstaculizaci9n del desarrollo rural del país y finalmente de una economía democrática y nacional, representa una condena a los ciudadanos distantes de las capitales, en tanto se ven obligados a enrolarse en economías altamente riesgosas para su supervivencia, donde está de por medio el derecho a la vida de sí mismos y de sus familias, y debido a la amplia contaminación ambiental de poblaciones extendidas de personas.
De otra parte, en razón al sometimiento a los señores de la guerra, los pobladores rurales quedan enzarzados en una cadena que se extiende a la militancia en los grupos armados ilegales, los cultivos ilícitos o la explotación de oro.
El Convenio de Minamata, del que Colombia es suscriptor, busca que los países signatarios eliminen de sus procesos productivos el uso del mercurio, debido al amplio poder de contaminación ya especificado.
Minamata, hace alusión a una enfermedad derivada de la absorción de mercurio en el cuerpo humano, relacionado con la parálisis parcial o total y afectación del sistema nervioso, central y periférico con todo tipo de consecuencias, porque el cuerpo humano funciona con señales muy pequeñas de energía para cada acción que practica. La actividad sensorial, por ello se ve afectada, en el tacto, olfato, gusto, visión y como es de esperarse, no escapa el sistema digestivo, circulatorio o pulmonar.
Los efectos también se trasladan a su vez a los recién nacidos, en todos los ámbitos mencionados.
Pese a todo lo planteado, el uso del mercurio en la explotación de oro está lejos de ser abandonado. La alternativa es la utilización de cianuro, pero su uso industrial, de nuevo, significa acumulación del producto en el agua dulce, que la hace inviable para consumo humano y coloca en riesgo toda la materia viva de los ríos, por demás, que implica mayores volúmenes de tierra a procesar respecto del rendimiento que entrega el mercurio y a que el tiempo de apenas horas, para la obtención del oro mediante el uso del metal liquido, contrasta con los varios días que implica el aprovechamiento con la adopción del cianuro.
xtienda la reflexión con un contenido de nuestro archivo
>>Puzzle de publicaciones<< >> Blog<< <<Geoeconomía> <Geoconflictos> <Geoenergía> <Biosfera>
