Tan
desconcertados se muestran los medios de comunicación prodemócrata (que son
casi todos) en Estados Unidos con Trump como en el caso de sus equivalentes en Colombia
considerando que han tomado al presidente Petro como su sparring.
En Estados Unidos, los medios intentan generar la
idea de que Wall Street se aleja del magnate de Mar A-lago con titulares sobre
la salida del otro magnate (como si fuera el único dentro del gabinete actual o
que otro no fuera el mismo presidente), Elon Musk.
También disfrutaron con titulares respecto de
la decisión de un Tribunal Federal de Nueva York que bloqueó momentáneamente la
derogación de la Globalización de Trump del denominado “día de la liberación”
con la imposición de aranceles, entre otros, a sus principales aliados
occidentales en la idea de que EEUU recomponga su máquina industrial y
tecnológica, lo que pasa por sorber dichos sectores localizados en Europa
Occidental o China en un esfuerzo por contener el precipicio de la hegemonía
estadounidense.
Ahora, poco tienen que hacer los medios prodemócratas
conocido que el sector por el que se expresan ha terminado seducido por el
realismo político de Wall Street. Por su parte, un Tribunal de apelaciones restableció
los aranceles suscritos en el “jardín de las rosas” de la Casa Blanca un par de
días después del reto que supuso la decisión del Tribunal Federal de Nueva York
que los contenía.
Son piedras en el techo ante el predominio
político que suscita la decisión de Wall Street de revocar una Globalización
que ya no les es funcional debido a que China es prevalente en la producción fabril global, el desarrollo tecnológico y en lo comercial, y con lo que el gigante
asiático coloca presión a la garganta imperial estadounidense, lo que es
sintetizado en la declaración del jefe del Pentágono Pete Hagseth en el marco
de la cumbre de defensa Shagri-Dialogue en Singapur de hace un par de días,
donde con voz altisonante plantea que “Estados Unidos está listo para luchar y
ganar contra China”.
No parece realista. Estados Unidos está sumergida en la guerra contra Rusia en Ucrania, por un lado, y por el otro, ante la dicotomía de lanzarse contra Irán en su cruzada por salvar los muebles en Oriente Medio tratando de proteger a Israel quien entre tanto ha optado por atacar ciudadanos inermes en Gaza.
¿Guerra en tres frentes?
Y no solo ello. Es evidente que los actores que
enfrenta Estados Unidos muestran desarrollos en el ámbito militar indiscutidos.
De hecho, una pequeña guerrilla que ha sobrevivido a una guerra civil impuesta
por Occidente tras más de una década en Yemen, ahora lanza misiles hipersónicos
incontenibles por los sistemas estadounidenses y británicos, ya ni siquiera se
habla de “cúpula de hierro”(Trump habla del diseño de la Cúpula Dorada para
2029 con una inversión de 175 mil millones de dólares), y que en teoría dan cobertura
al aeropuerto más protegido del mundo, Ben Gurion en Israel.
En el caso de Colombia, los medios de comunicación
tradicional hacen una burda imitación del televisivo “Laura en América” donde el
amarillismo con titulares altisonantes pero fuera de contexto, son el imán con
el que intentan cultivar lo que les queda de sintonía.
Esta semana resultaba particular como el
desarrollo de un paro de dos días fue exhibido como derrota de una, no llamada
por nadie, movilización.