2024/07/03


Mientras Occidente veta Russia Today-RT, por estar Financiada por Moscú, bloqueando su señal de internet en Europa Occidental, y la misma que para el resto del mundo está sometida a constantes ataques cibernéticos que la mantienen en importante fluctuación, el país eslavo declara “agentes extranjeros” a medios de comunicación occidentales, es decir, los declara con móviles políticos y les obliga a que deben reconocer este estado en todas sus publicaciones, además de someterse a controles y restricciones en su operación en Rusia.

Implícitamente lo que esta en discusión es la objetividad de los medios, y es poco discutible que tanto los medios occidentales como los originados en Rusia tienen algún grado de subjetividad. No es solo esta escena: el último debate entre Trump y Biden estuvo más que plagado de fake news y como es de esperarse los cálculos dependen de que medio los realiza, y tiene que ver con que tanta influencia tienen en los mismos demócratas o republicanos. Por nombrar alguno, CNN, reconoce 30 mentiras en las afirmaciones de Trump y 9 de Biden.

Por supuesto que si se habla de mentir poco vale detenerse en cualquier discusión sobre la objetividad y estamos hablando de un debate presidencial en los Estados Unidos.

De otro lado, es común escuchar directores de medios que reconocen públicamente que se deben a sus patrocinadores, quienes pagan la pauta para su funcionamiento y que sin duda ello define un “perfil” de la información. Ni que hablar de "formatos de medios" de otros tantos casos como donde los magnates son dueños de centros de in-formación, caso de  Jeff Bezos propietario de Washington Post, respecto del interés de posicionar políticos afines con su emporio Amazon.

Esto para decir, que la integridad, exactitud, verdad, objetividad o de otra forma, la ética en cuestión de medios de comunicación es un tema más que sobrevaluado o más bien un eslogan.

Ahora bien, lo que permite precisamente una opinión informada y que tiene que ver con la democracia, es la posibilidad de que los ciudadanos accedan a la diversidad de enfoques de medios de comunicación y expresión de intereses, con que aquilatar un planteamiento personal y argumentado.

Bueno, no es lo que caracteriza la información de los medios en el mundo y es desafortunado por lo mencionado al comienzo, y es que cada país se está abroquelando y sacando del aire y de la internet otros medios de información que consideran adversantes. O, como en Colombia, lo que sucede en tantos otros países, donde predominan medios de comunicación protoempresariales, es decir, que se atienen a intereses políticos bien definidos y con una escuela de profesionales de décadas de actividad, por no hablar de la colonización que han logrado de las carreras de comunicación de las universidades públicas y privadas.

Sin duda, es información contrastada por la incursión de las redes sociales, sin embargo, las redes sociales cada vez son más censuradas, apenas esperable por obedecer tanto a intereses de transnacionales de la comunicación en internet como a gobiernos, y tampoco permiten la actividad especializada a como la llevan a cabo los medios de comunicación tradicional, y esto hace la diferencia en cuanto a penetración y perfeccionamiento de contenidos.

El que Milei transforme Telám un medio público de comunicación en la Argentina, en una agencia de publicidad y que la Agrupación Nacional de Francia tiene como una de sus divisas políticas privatizar los medios públicos estatales del país galo, habla de que los limitados contrastes en la información de los medios de comunicación tradicional ha terminado y que los medios públicos serán sumergidos en lo mismo, por eso las cátedras de historia o las ciencias sociales, los espacios de reconocimiento cultural, los escenarios de diálogo entre lo diferente, han sido de facto derogados, algo que dialoga con el establecimiento de la posverdad como referente de la in-formación. No es comunicar, según diferentes perspectivas como por establecer un solo formato que imprima una verdad.

Para concluir, la discusión ahora mismo no es por la objetividad si no, por como es posible que las diversas opiniones puedan socializarse al mismo nivel, capacidad, penetración y a lo largo del tiempo que poseen los medios de comunicación tradicional, es decir, equilibrar el campo, con lo que se pueda permitir el acceso a herramientas dialógicas con las que los ciudadanos establezcan una opinión ciertamente propia. 

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