2024/05/08

Ejercicios militares con armas nucleares tácticas en Rusia y el ataque a la población palestina en Rafah, por parte de Israel, parecen dos temas inconexos, pero no tanto.

La acción militar de Israel contra los palestinos desde la creación  del país hebreo, en 1948, se ha dado en el contexto de la bipolaridad (1945-1991), donde las dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, temían una conflagración nuclear y al final estaban en el cuarto de atrás de las confrontaciones militares llegando a acuerdos, y durante unipolaridad (1991-con cenit en el año 2020), cuando Estados Unidos era la potencia hegemónica global incontestada, y donde Washington relegó tanto los acuerdos con otras potencias, el derecho internacional, como la misma Naciones Unidas.

Todo ello permitió a Tel Aviv, tener un paraguas militar importante como consecuencia de ser el portaestandarte de la estrategia de dominación de Oriente Medio por parte de Estados Unidos, lo que tiene que ver el control de la región de mayor concentración de recursos energéticos del mundo, pero lo que ha cambiado desde la emergente multipolaridad, que progresó sutilmente en las tres más recientes décadas y erupcionó ya visiblemente al año 2020, y esto lo cambia todo.

Un elemento clave que soporta el auge y caída imperial, y que explica el ciclo estadounidense en este sentido, es la economía, el desarrollo de la producción y el predominio en el campo tecnológico.

De hecho, la hegemonía significa imponerse como eje del sistema económico, lo que permite la configuración de alianzas regionales y globales, con las que, en muchas ocasiones, sin tener que hacer un solo tiro se consigue doblegar cualquier nación adversante. Las alianzas también representan acumulación de poder militar en torno al estado hegemón, por lo que las naciones que se resisten a este, están en inferioridad de condiciones para oponerse a la dominación imperial.

Dicho todo lo anterior, y recordando que Rusia ha hecho público que realizará ejercicios militares con armas nucleares tácticas, debido a la cada vez más evidente y pronunciada actividad armada y financiera de Occidente en Ucrania, recuerda que contrario a otras edades geopolíticas hoy las dos mayores superpotencias militares del mundo, se encuentran enzarzadas en una guerra híbrida, es decir, donde todos los medios en la confrontación están en plena actividad: misiles, tanques, aviones, satélites, guerra económica y electrónica…

El resultado son “cientos de miles” de combatientes fallecidos, ataques a infraestructuras civiles en Ucrania y en regiones fronterizas, ya en territorio ruso, algo que progresa en dirección a Moscú, en la medida que Occidente entrega armas de mayor alcance y poder de fuego a Kiev, y que como respuesta Rusia ha dado a conocer el que se reserva, la realización de ataques “dentro o fuera de Ucrania”, donde estime encontrar la logística occidental, algo que no hace sino revalidar la confrontación sin cuartel e inflamable que se está presentando.

Tanto llega el agua al cántaro hasta que se rompe, y hace pensar en lo recientemente sucedido con Irán en su ataque “impensado” a Israel, incluso la misma acción de Rusia contra Ucrania hace dos años largos, y que evidencia la puja por la recomposición del orden internacional, ya en el campo de la guerra abierta entre potencias.

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