2024/04/20

Resulta particular la exigua relevancia u ocultamiento, se diría, que los medios de comunicación colombianos e internacionales, de carácter Occidental, hicieron a la solicitud de ingreso a los BRICS 10 por parte de Colombia, llevada a cabo la semana que termina, en la reunión que sostuvo el presidente de Colombia, Gustavo Petro y el presidente de la república federativa de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva.

No hay duda, que la historia de los grandes cambios geopolíticos domésticos, que se presentan en el mundo, tienen que ver con momentos de disputa o relevo político internacional, entre las grandes potencias, o de otra forma, el debilitamiento de una metrópoli colonial o hegemónica.

Un ejemplo de cambio geopolítico en una región o país, o doméstico, si se quiere, se evidencia en los procesos independentistas.

Sucede en el caso de la independencia de Estados Unidos en 1776, de la corona británica, cuando las potencias europeas enzarzadas en la guerra por la disputa de sus posesiones y del predominio colonial, se debilitaron económica y militarmente, incrementaron la presión extractiva de recursos de las colonias, lo que apalancó los movimientos nacionalistas en Norte América, y en donde se resaltan los nombres de George Washington, Thomas Jefferson o Benjamín Franklin.

Un sismo similar se presentó en la región andina, donde un movimiento capitaneado por Simón Bolívar, se presentó cuando sobrevino el declive del imperio español, luego de su confrontación con el primer imperio francés, de Napoleón Bonaparte, a comienzos de la segunda década del siglo XIX, y que derivó en la constitución de la Gran Colombia.

Son solo dos casos, pero tiene que ver con la historia de la descolonización de África, Medio Oriente o el continente asiático.

Hoy, en la plenitud del siglo XXI, la situación es semejante con una venida a menos del imperio estadounidense, mientras se reposicionan otras potencias emergentes, lo que está representado por los BRICS 10.

Ahora, los procesos de independencia, están relacionados con reivindicaciones de derechos ciudadanos, y por supuesto, del derecho al desarrollo y autonomía de los países, por lo que, por ejemplo, el Estados Unidos independiente de Reino Unido, mantuvo relaciones con la metrópoli londinense, eso sí, en condiciones que facilitaran el desarrollo económico y político de Washington. 

Desafortunadamente, otros casos de descolonización o procesos independentistas, no han corrido igual suerte, es decir, potencializar el desarrollo autónomo de las naciones, esto debido a la implementación de diferentes formas de recolonización, y como decir, pasar de ser colonia de una metrópoli en caída a otra en ascenso.

Es lo que está en juego, y tiene que ver con la conciencia que la sociedad adquiere de estos procesos, su activación política y productiva, así como del impulso del desarrollo social fomentado por el Estado, quizás ello explique porque una noticia de la envergadura de la solicitud de Colombia en su ingreso a los BRICS 10, haya sido invisibilizada.

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