Pareciera desencajada la Agenda Verde europea, con reglamentación del uso de pesticidas y agroquímicos, la Ley
de la Restauración de la Naturaleza, con protección de las fuentes de agua
dulce, rotación de cultivos y conversión de áreas agrícolas en otras
dedicadas a matorrales, bosques y recuperación de hábitats, economía circular y
reciclaje de todo tipo, transición energética, vía energía solar, eólica e
hidrógeno, la política de bajas emisiones y protección del clima con la electro
movilidad, que le acompaña.
En síntesis, recuperar ecosistemas que den sustentación a la producción agrícola futura, con ciclos de polinización, que salgan al paso a los cultivos genéticamente modificados, la recuperación de los suelos, y la garantía del agua dulce, para consumo humano y producción agrícola, y reducción de importaciones de materias primas, combustibles y minerales.
Pero no tanto.
La expectativa europea de tener un respaldo a futuro, ante el cenit de los recursos naturales en el mundo, del agua dulce y de los combustibles convencionales, metales, o ante la severidad del cambio climático, ni mucho menos pierden sentido, aún en el escenario de la guerra en Europa Oriental En la práctica el objetivo estratégico de la UE, parte de reconocer que la era del dólar y el euro ya ha entrado en una etapa ineludible de declive, y enfocan sus esfuerzos a "enterrar" sus emisiones de euros, hoy que todavía tiene fortaleza de transacción, en políticas que sustenten el futuro de vacas flacas. Pero, bueno, pareciera ingenuo creer que es posible que Europa Occidental pueda sobrevivir sin la importación de materias primas esenciales, alimentos y energía, que se sabe, solo es mitigable por las políticas verdes, y que el aseguramiento de las mismas desde el extranjero, continuará siendo ineludible. Y este es el punto. La UE juega a un mix que superpone su ejercicio colonial, de segunda o primera mano, según participe EEUU, y, lo planteado. Ahora bien, la crisis del frentenacionalismo en Europa, muestra que el cronómetro de esta estrategia entra en dificultades, y la emergencia y fortalecimiento de proyectos de derecha, que en el fondo se soporta en tesis opuestas a la agenda de Bruselas, coloca en crisis el trazado del establishment actual, en el Viejo Continente.
Las tractoradas que ahora transcurren en Europa, donde, entre otros, se exige el fin de la Política Común Europea-PAC, y que tiene que ver con diversas reglamentaciones, entre ellas, las relativas a la Agenda Verde, el control de precios al consumidor y subvenciones en el sector agrícola, que ha hecho crisis debido a los costos de producción, consecuencia del alza del precio de los combustibles, abonos agrícolas y de la reducción de la eficiencia de producción debido a las restricciones en el uso de agroquímicos y pesticidas, esta siendo canalizada por diversos matices de la extrema derecha en el Viejo Continente, de cara a las próximas elecciones del Parlamento Europeo, y que plantea la liberación de precios y la revisión de las políticas ecológicas de Bruselas, como salida a los problemas de sustentación económica del agro.
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