¿Existe la singularidad?
La singularidad tiene que ver con
lo único e irrepetible que es lo propio de la naturaleza, y entre ella el ser
humano.
Todo lo que se conoce conjuga,
cuál gato de Schrodinger, constantes y variables, lo que determina, a la
salida, el azar.
Sin embargo, la economía, los
negocios y el consumo, han tenido por siempre como objetivo, sustituir la capacidad de decisión de las personas, violar la voluntad individual: el "cliente no decide", "el votante no decide", lo hacen ellos mismos, es decir, la piedra filosofal, del poder en un mundo capitalista.
Sé que va a consumir, con causa en la inducción del consumo, y en qué
momento, para aparecer de entre las ventanas emergentes y voila! Ofrecer eso
que se está buscando.
Pues, hoy, se toman miles de
millones de datos, sobre comportamientos humanos y de la naturaleza, que luego
de simulaciones, establecen el futuro de lo que harán las personas o se
comportará la naturaleza, es decir, una ecuación de primer grado, que, si bien
funciona en muchas circunstancias, las hay tantas en que no, como saber que la
vida está hecha de azahares.
Aun así, es con lo que ahora
mismo se establece prácticamente "todo".
Quien representa inseguridad, es
decir, que patrón de personas. En qué lugar hay inseguridad, por ejemplo. Quien
es un "buen trabajador" _Quien no lo es...etc.
Un algoritmo abruma por su
capacidad casi que infinita de procesamiento, de operaciones, pero no contiene
lo azaroso que comporta la mente humana o la naturaleza, sus infinitas,
también, interacciones.
Por ejemplo, hay variados
ejemplos de error probabilístico en muchas materias establecidas por modelos algorítmicos,
en dónde se encuentra que siempre faltan variables, al encontrar errores de
proyección del futuro.
Son casi todas, y más que
saberlo, de lo que se trata es de moldear la sociedad, la naturaleza, ad
infinitum, como si fuera posible.
Pero si la pantallita no lo puede todo, bueno es el chip insertable en el cerebro, programado por Musk. Tiene sus tentaciones como todo negocio, claro. La perspectiva es que quienes adopten el hardware, tendrán mayor capacidad de respuesta a las tecnologías y de procesamiento de información... ¿Un superhombre verdad?.. También, una supermáquina, por su puesto. Mejor tener las manos tersas, la vivacidad de los ojos humanos y los infinitos gestos del rostro, que las rústicas formas del androide.
Así es, por demente que sea.
Los algoritmos, entre otros,
están cargados de sesgos... Que dan prevalencia a blancos, es decir, algoritmos
racistas, personas de altos ingresos, algoritmos clasistas, su inclinación
política, algoritmos que difuminan la persecución por las ideas en las que se
piensa...
Cesare Lombroso, ya a finales del
siglo XIX, establecía unos patrones criminales basado en las formas físicas de
las personas y su comportamiento, con lo que buscaba agilizar el código penal.
Definió así: el criminal nato, delincuente loco moral, delincuente alcohólico, delincuente histérico, delincuente pasional, delincuente mattoide, delincuente ocasional, delincuente pseudo criminal, criminaloides, delincuente habitual...
Recuerda un poco, las caracterizaciones sociales establecidas en el Tercer Reich, la emergente potencia industrial y tecnológica de la época, y bueno, considerar, en que concluyeron estas particulares conceptualizaciones.
No habían los portentosos ordenadores como los actuales, pero terminó por un control puerta a puerta. Y todo lo no ario fue perseguido, algo irracional, pero que sirvió para aplicar la violencia de manera hiperbólica, que concluyó con la instauración paulatina del terror como forma de gobierno, en la medida que sobrevinieron los reveses en el campo de batalla.
Hace rato que el procesador pasó de sustituir la voluntad de una persona a procesarla en todo tipo de aspectos. Definiendo
penas, si merece tal o cual correctivo, evaluación de la socialización...etc,
claro, también se conoce de las arbitrariedades que se cometen, pero en lo que
los Estados eluden su responsabilidad, entregándola al "error" de
diseño de software.
Lo invisible del registro de la
actividad de cada persona cabe en un smartphone, esa casa de cristal donde otros lo observan y escuchan todo y, con ello, el efecto, que
según el boom de la artificial intelligence, es lo que viene detrás.
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