Tales políticas convirtieron a Europa en el actor más
influyente a nivel global respecto del comercio de azúcar desde la conquista de
América, lo que le permitió mantener el 40% de las exportaciones mundiales del producto a comienzos de este siglo pese a
tener costos de producción mucho más altos que otros competidores.
Pero el pulso entre la remolacha
azucarera y la caña de azúcar se ha inclinado a favor de la última, consecuencia
de las demandas internacionales de países como Brasil, Australia y Tailandia
que han obligado a reducir las subvenciones a la producción de azúcar en Europa
al costo de transformar el viejo continente de ser exportador a convertirse en importador neto del endulzante en la
actualidad.
Colombia ocupa el décimo segundo
lugar en producción mundial de azúcar con 20,3 millones de toneladas en 2012.
