2025/01/17

Nada escapa en este momento al contagio de la publicación de noticias falsas e incluye reportes que se hacen en portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión, redes sociales o los contenidos basados en Inteligencia Artificial entre ellos Gemini de Alphabet, ChatGPT o Grok de X.

Muy temprano el 3 de mayo de 2018 y con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, en entrevista para el portal de noticias “Perspectiva Global de Historias Humanas” de Naciones Unidas (ver referencia) la periodista Farnaz Fassihi, establece que la noticia falsa “Se diseña y emite con la intención deliberada de engañar, inducir a error, manipular decisiones personales, desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona u obtener ganancias económicas o rédito político. Al presentar hechos falsos como si fueran reales, es considerada una amenaza a la credibilidad de los medios de comunicación «serios» y los periodistas profesionales, a la vez que un desafío para el público receptor.

Un factor que precipitó el auge de las noticias falsas es la emergencia a comienzos de este siglo de las redes sociales, que quitaron el monopolio de la información a los grandes medios tradicionales. En el pasado se requería de infraestructura costosa como centros de producción televisiva, impresa o radial, con set de cámaras, micrófonos, rotativas, un importante grupo humano, permisos estatales de radiodifusión, grandes superficies para la producción, sobre lo que descansaba generar y emitir información al público.

Ahora es suficiente con tener un smartphone, un procesador personal e internet para iniciar un proceso de emisión de información al público, lo que se apalanca a través de servicios online de Youtube o redes sociales. Claro es que el cedazo que antes estaba representado por los altos costos de la infraestructura ahora es asumido por las grandes tecnológicas de Wall Street, quienes facturan a sus anunciantes colocando sobre la mesa la cantidad de horas que los usuarios navegan en las paginas de Facebook, X o Meta, con contenidos específicos definidos por las feeds o algoritmos.

No cabe duda que estos propósitos de la “industria” con epicentro en EEUU es utilizada no solo con fines comerciales o económicos, si no también políticos, y tampoco puede negarse que este terreno también se ha convertido en un set para la disputa donde movimientos sociales irrumpen para intentar dar a conocer sus perspectivas, lo que era imposible en la era previa a la existencia de las redes sociales.

Sin embargo, la proliferación de la información falsa ha derivado en las primeras reacciones estatales en el control de las redes y la internet. Por su parte, Elon Musk ha tomado la delantera en este debate declarando la guerra mediática a quien intente regular la red en algún país del mundo, lo que socava la posición de las Big Tech de Wall Street y finalmente el flujo de información que circula por la red. Musk de hecho, ha ido más allá y explica su tono confrontador con aliados históricos de Washington, en este caso Alemania con el rifi rafe presentado con el presidente de dicho país, Frank Walter Steinmeier y con el primer ministro del Reino Unido Starmer.

Lo que sucede con el mundo de la información y la comunicación no puede verse al margen de fenómenos como el declive de la hegemonía occidental, la pérdida de credibilidad de su discurso civilizatorio (pensar por ejemplo en el genocidio de los palestinos o la persecución de los integrantes de la Corte Penal Internacional por parte de Estados Unidos como consecuencia del proceso contra el presidente de Israel Benjamín Netanyahu).

Imponer al mundo la retórica "del mundo regido por reglas"(3n general las suyas propias) en contraste con las normas instituidas luego de guerras mundiales en el derecho internacional, el respeto por la soberanía de los países y la contención a la injerencia exterior en asuntos internos de las naciones es otro flanco que desarrolla Estados Unidos.

Esta crisis del pensamiento único(que deriva en la actual era de la Fake News, como decir si no puedes prevalecer confunde), también se explica por el hundimiento del modelo bipartidista o de frentenacionalismo restringido, modelado mediante dos facciones políticas que se repartían los gobiernos país a país, y que sobreviene terminada la segunda guerra mundial: la denominada democracia liberal, lo que por décadas predefinió un amasijo político incuestionable pero donde bajo la mesa Estados Unidos imponía sus intereses, mientras las élites domésticas accedían a cambio de proteger los suyos, pero que comprometían derechos de millones de ciudadanos, país a país.

Se conformaba así la artificialidad de una “paz mediática" con editoriales, formatos de noticias pactados por grandes centros de comunicación globales y locales, que repetían una misma voz, mientras que las ideas disonantes simplemente no tenían espacio alguno para ser comunicadas.

Este amasar la opinión pública, por su parte, también se ve fracturada cuando emergen las voces y la realidad económica y política de la multipolaridad, los BRICS y la batalla, aunque desigual, que toma curso en los intersticios de las redes sociales por parte de diversos movimientos locales.

Ante la destrucción de este aparataje lo que sobreviene es "la posverdad", las noticias falsas y va a adquirir nuevas dimensiones con la incursión de la IA, donde las fotografias, videos y voces de cualquier persona puede editarse a la perfección, y que solo la máquina puede advertir como montaje.

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