Ayer se presentó la audiencia de confirmación ante
la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU del candidato a oficiar
como Secretario de Estado, Marco Rubio.
La introducción de la sesión fue realizada por el senador Jim Rish republicano y la demócrata Jeanne Shaheen, parte de la mecánica gubernativa que caracteriza el orden bipartidista en EEUU y por si quedaran dudas, los contextos sobre la lectura de la situación internacional y sobre el quehacer del interés de EEUU en los expositores fue de mancomunidad, lo que fortalece el perfil y la caracterizada posición política exhibida en el paso por el Congreso del ya nominado Secretario de Estado, Marco Rubio.
El planteamiento fue simple: “EEUU está amenazado desde todos los rincones del mundo”, el titular con el que inicia el planteamiento del senador Rish, y contrasta con visiones sobre cual es el mayor reto de Washington en el pasado, que en la guerra fría, lo que perduró 45 años, se concentró en la Unión Soviética, las “guerras humanitarias” de finales del siglo XX o la “guerra contra el terrorismo” de comienzos del siglo XXI y donde eran países específicos en los que EEUU colocaba la lupa de su acción política y militar.
Aunque se menciona China, se presenta en este contexto, es decir, en como el país asiático avanza comercialmente por el mundo y en su propio nivel Rusia.
Rubio, por su parte, aterriza el tema, como es de esperarse
por su origen latino, y que tiene que ver con su salida de Cuba, luego del
triunfo de la revolución(lo que subrayó en su presentación), precisamente con el redoblar la retórica sobre la
condena del apoyo al terrorismo de la Habana, ampliando el espectro a Nicaragua
y Venezuela, considerados aliados de Rusia, introduciendo el tema del fentanilo
apuntando con el dedo acusador a Mexico y “el problema” de los migrantes que involucra
en el fondo la visión sectaria para el Tercer Mundo(esto porque las personas del
norte global también migran, y no se trata de ello). Por su puesto, Israel,
pero en la perspectiva de la defensa que EEUU debe realizar a este.
La presentación del senador Rish como de Rubio deja claro que la fe y Dios, guía (y ha guiado) el quehacer de EEUU y los mandata para ejercer la aplicación de su plan para el mundo en términos económicos y políticos y que en términos de la diplomacia estadounidense se traducen como “defensa de la libertad y la democracia”.
Cabe aclarar que las concepciones religiosas en las que se soporta Estados Unidos son heterogéneas que van desde el “nacionalismo evangélico” con una profusa diversidad, que en el primer gobierno Trump apalancó su vicepresidente Mike Pence, y el cristianismo que reconoce al vicario de cristo en Roma, el Papa Francisco. De todas formas, la religión es funcional al interés, como se resaltó constantemente en las presentaciones, de los Estados Unidos y explica la influencia de Israel en las pretensiones estadounidenses en Oriente Medio.
Ahora bien, cerniendo la discusión es evidente la unidad política que hoy tiene Trump en el Congreso de Estados Unidos y de lo que se trata es colocar agresividad a las relaciones internacionales dejando atrás la diplomacia y la persuasión a las élites locales de los países, que en general, no quisieron cooperar con la guerra en Ucrania, más evidente en el Sur Global (Brasil, Mexico o Colombia, más que oligarquías en este caso hay que pensar en gobiernos de izquierda o los BRICS +), y lo que se extiende a la situación de la contención del avance económico, tecnológico y comercial de China(pensar en el "cordón sanitario" Japón, Taiwán, Filipinas).
Llegado aquí es que se evidencia que EEUU tiene como propósito tomar fuerza en sectores políticos afines a sus propósitos comenzando con la Argentina de Milei, o sectores de derecha en Colombia(recordar que los demócratas no veían con buenos ojos la injerencia del Centro Democrático en la política doméstica de EEUU, en particular lo que sucede en las elecciones presidenciales en la Florida, lo que cambia en el actual contexto), Mexico o Brasil, si se piensa en Latinoamérica, o rompiendo el bipartidismo en Europa Occidental (Inglaterra, Alemania, España, Francia), que consideran fracasado en el interés de la guerra en Ucrania.
La estrategia es buscar “la oportunidad” de establecer gobiernos afines a la perspectiva no de MAGA como de Wall Street y es dar algo de aire a la ya renqueante hegemonía estadounidense y en lo que se localiza como uno de sus elementos centrales el “control de los hidrocarburos” en el mundo, una matriz que explica con claridad las declaraciones de Trump sobre Mexico (que oculta con el tema del fentanilo o los migrantes), Venezuela(igual que Mexico), Groenlandia(seguridad nacional), Canadá(que se dice se beneficia del comercio con Estados Unidos) o el mismo Ártico.
Panamá tiene más que ver con considerar un país sin ejército o capacidad de contener una acción militar y política de EEUU(aplica a Dinamarca con el tema de Groenlandia) y evidencia el riesgo que en el actual escenario tiene cualquier país débil en esta arista. Por su puesto, pero en segundo lugar, obstaculizar el paso de mercancías Chinas por el istmo y que completa el esquema con el tabique que Trump intenta colocar en el Mar del Norte(Cananá+Groenlandia), a los flujos de comercio que ya circunvalan Rusia, y que dan acceso a los productos de Beijing que se transportan por mar a los puertos de América en el Atlántico.
Ya se ha mencionado que el uso de la fuerza o el complot tendrá un abanico bastante amplio de pretextos.
En todo esto, no hay que desestimar el papel que juegan (y jugarán aún más) las redes sociales, en lo que se expanden como perspectiva política, los mass media tradicionales y la IA.