2025/01/06

Hace apenas una hora que fueron certificados en el Congreso de EEUU los resultados de los colegios electorales y que dan la victoria a Donald Trump, quien se prevé haga su posesión este 20 de enero, y paralelamente se presentó la renuncia del cargo de primer ministro Trudeau de Canadá mientras que horas antes, se concedía la conformación de gobierno al Partido de la Libertad de Austria-FPO, a lo que se había resistido el bipartidismo del país desde el pasado octubre cuando se llevaron a cabo las más recientes elecciones al parlamento y donde el FPO obtuvo la mayoría, un nuevo gobierno que pueda  salir al paso a los efectos que el apoyo a Kamala Harris hicieron los países que  integran la Unión Europea, bloque del que hace parte Austria desde 1995. Sucede con movimientos que ahora hace cada país de la UE y de hecho de la Otan, por que esta organización fue mandada a sesionar en Washington en apoyo al por entonces al candidato Biden, adhesión que a la postre se transfirió a Harris.

En el caso de Trudeau, el presidente electo Trump “celebró” su decisión y reforzó su retórica en torno a que Canadá debe hacer parte de la Unión Americana como el 51 estado asociado, haciendo eco de que Ottawa no puede sobrevivir sin el superávit comercial que entrega el comercio con EEUU, en particular de combustibles fósiles y ensamblaje de vehículos. El mundo al revés se diría.

En buena parte de la era neoliberal y a la postre la globalización occidental, los perdedores eran quienes tenían déficits comerciales, a quienes la banca internacional prestaba con altos intereses debido al riesgo financiero. Ahora, es que, si tienes un superávit con EEUU, para el Wall Street de Trump eso se interpreta como una financiación hecha por Washington y debes hacer lo que el gobierno de la bandera de las estrellas y las barras profiera.

Como se ha relacionado en otras columnas, la soberanía, es decir, la posibilidad de que un Estado defina su quehacer sobre su territorio, de hecho, la existencia de ese mismo territorio, y que en la globalización neoliberal estaba determinado por la penetración de las multinacionales occidentales y del uso del dólar, lo que casi desapareció las disputas territoriales en el mundo, ha culminado cuando EEUU ha perdido el predominio del orden fabril global ahora asumido por China, y de hecho la soberanía de los países ahora está supeditada a la defensa militar que pueda hacerse de la misma.

Trump ha manifestado que Dinamarca debe “vender” Groenlandia, que Canadá debe convertirse en estado 51 de la Unión Americana o que EEUU debe de nuevo volver a controlar el Canal de Panamá. De hecho, siguiendo con lo mencionado más arriba, que país que tenga comercio con EEUU, le está debiendo y tiene que asimilar la profundización del dominio exterior.

No vale mucho inclinar la cerviz. En el caso de Canadá las declaraciones de Trump encontraron respuesta del partido liberal al que pertenece Trudeau, en particular de la ministra de finanzas Chrystia Freeland, que ante la falta de apoyo del primer ministro terminó por renunciar. Trudeau optó por ir a Mar a Lago a reunirse con Trump y hoy conocemos en que terminó ello.

Del caso es recordar, en el caso de Panamá que el presidente Mulino se presentó como un fiel aliado del presidente Trump, aun en medio de la campaña que hacía el magnate en EEUU: la respuesta, es también conocida.

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