La economía y el comercio del mundo ha estado
ligada a la inclemente dictadura de la geografía, y a la que las sociedades
humanas, adaptándose a su mandato sacan partido.
Las regiones inexpugnables en las alturas han
servido para protegerse de las invasiones, donde las montañas y sus acantilados
representa la forma natural de obras monumentales como la Muralla china, que se
ve desde el espacio sideral.
Bogotá es un ejemplo de ello, pero desde la antigüedad se conocía que las posiciones costeras solo eran posibles si podían defenderse con una naval que tuviese suficiencia militar por lo que una posición defensiva de no tenerla, obligaba a refugiarse al interior de los continentes. Halford Mackinder establecía en el Pivote Geográfico de Historia de 1905, y luego de estudiar el fenómeno que precisamente las capitales en Europa Oriental o la misma Rusia, eran su propia fortaleza.
Napoleón se equivocó e igual que la Alemania del Tercer Reich, debido a las maniobras terrestres que dispusieron sus oponentes en Eurasia, pero las ciudades costeras facilitaron la ruptura de la Ruta de la Seda en sus incursiones armadas a la postre del siglo XVII, con las invasiones llevadas a cabo por las flotas marítimas europeas en África, Oriente Medio o la misma China.
Ahora bien, las sociedades que construyen sus capitales tierra adentro siempre reservan un puente que conecta las regiones interiores con el mar, como sucede con el río Danubio, que con obras hidráulicas excepcionales en la era soviética(que mezcla su uso multipropósito, hidroeléctrico como el de hidrovía) conectan Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Rumania, Moldavia y Ucrania, con el mar Negro y con este el Mediterráneo*; el Rin que articula las ciudades desde su origen en los Alpes de Estrasburgo(Francia), Colonia y Dusseldorf en Alemania y Roterdam en Países Bajos; el Volga que nace en el Oblast de Valdái (un departamento como división administrativa en el caso colombiano), es el río más largo de Europa, se conecta a Moscú a través de un ferrocarril llegando a la ciudad de Tver, por una autopista en el llano de 440 kilómetros y por medio del río Oka con la ciudad de Nixhni Novgorod. El curso del río continúa en dirección Sur vinculando Kazan, Toliati, Saratov, Volgogrado(en su momento Stalingrado) y Astracan en el Mar Caspio, con una variante multimodal, vía terrestre y a través de canales hidráulicos entre Volgogrado y Rostov del Don en la Costa del Mar de Azov, que a su vez tiene conexión con el Mar Negro y este con el Mediterráneo. El río Volga a su vez, se conecta por canales en la región norte con el Mar Báltico.
En Estados Unidos la situación no es muy diferente con el rio Misisipi, igualmente desarrollado con propósito múltiple de generación eléctrica y navegabilidad. Este río conecta la ciudad interior y en el extremo norte del país, Minneápolis, con San Luis en el centro occidente, Memphis y Nueva Orleans ya en la costa atlántica.
En el caso de Colombia(con la distancia terrestre Bogotá- Honda, 164 kilómetros), el río Magdalena en dirección a Barranquilla, o su variante utilizada desde la “era de los descubrimientos” para conectar la capital de Colombia con el mar, es por tierra hasta las cercanías de Villavicencio, Puerto López a 85 kilómetros de la capital del Meta, continuando la ruta del río Meta, Puerto Gaitán, Puerto Carreño, ya en la frontera con Venezuela y donde se aborda el río Orinoco, en dirección a Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana en el país vecino, esta última urbe que da ingreso al Mar Caribe. Colombia puede considerar un desarrollo multimodal de transporte, si se piensa en las principales ciudades del país en torno a los ejes fluviales que define el río Magdalena, el Cauca e incluso el Atrato, apoyados en sistemas de transporte férreo.
Aunque el cambio climático está afectando severamente el mapa de lluvias en el mundo, lo cierto es que el auge del uso de los ríos como medio de transporte está de vuelta, entre otros, porque es el transporte más económico si se le compara con el transporte férreo (quien le sigue en eficiencia) y el desarrollado a través de vehículos de combustión.
De hecho, la eficiencia del transporte fluvial
tiene que ver no solo con que se requiere menor combustible para realizar los
desplazamientos, y de otra forma se generan menos emisiones de gases de efecto
invernadero, toda vez, que se relativiza la dependencia de combustibles fósiles en la era de su cenit, en un sector tan sensible como el transporte tanto de mercancías como de
pasajeros.
* De hecho, el Danubio conecta aguas abajo; Linz en Alemania con Viena capital de Austria, Bratislava, capital de Eslovaquia, Budapest, capital de Hungría y Belgrado, capital de Serbia.