
La balanza se inclina por la
propulsión con emisión cero de carácter eléctrico o mixto en la que se utilizan baterías y gas,
más conocidos como motores híbridos, para la motorización de los vehículos de
transporte consecuente con la disminución de gases de invernadero y de aquellos con efectos nocivos para la salud
humana.
Los desarrollos de esta iniciativa
no se despejan en el segundo país en ventas de vehículos como es Estados Unidos,
con 18 millones de unidades durante el año 2016, aunque existen políticas
regionales como en el caso del Estado de California donde se prevé la
eliminación de los motores de combustión interna para el año 2040.