Desde la crisis financiera mundial del  año 2007, los principales bancos centrales que giran en torno a Occidente, han precipitado sus tasas de interés a niveles que oscilan en torno a cero y desarrollado programas de estímulo con el fin de animar los aparatos productivos, los mercados financieros  y el crecimiento económico que soportan.

Ahora bien, a esta altura y luego de cerca de una década de maniobras financieras los bancos centrales occidentales  no logran las metas propuestas, sin embargo este ejercicio desnudó las limitaciones de sus capacidades de incidencia en la geoeconomía global y la interdependencia que Occidente tiene ahora mismo de China, y  de manera ampliada con los BRIC (Brasil, Rusia, India y China).

Ante esta realidad,  Occidente queda preso de tasas de interés negativas o cercanas a cero mientras  entran a revisión los mecanismos  con los que países como Estados Unidos o agrupaciones de países como la Unión Europea, instrumentan el orden económico y financiero global.

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El pasado enero la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que la contaminación mundial del aire es ahora una amenaza general a la salud pública.

De hecho, el  incremento en la temperatura del planeta está dificultando la evacuación de contaminantes atmosféricos generados por industrias y vehículos en ciudades como Londres, Los Ángeles, Ciudad de México, Santiago de Chile o Medellín.

El contaminante en el aire de las ciudades más letal es el material particulado con diámetro no superior a las 2,5 micras (PM2,5), tan pequeño que es capaz de ingresar a los pulmones causando una gran cantidad de infecciones respiratorias crónicas, ataques al corazón, accidentes  cerebrovasculares  y cáncer de pulmón.

La Organización Mundial de la Salud estima que una exposición a un ambiente  que supere las 25 micras por metro cubico de partículas PM2,5 durante 24 horas, como altamente riesgoso para la salud. El pasado 27 de marzo, las mediciones realizadas en la ciudad de Medellín mostraron que las PM2,5  superaron en más de seis veces dicho límite.

La ciudad de Bogotá presenta 27 micras por metro cubico de partículas PM2,5 como media al año, superando en cerca de tres veces  el límite máximo que establece la Organización Mundial de la Salud, estimado en 10.

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El incremento en las plataformas petroleras en el mundo, un factor altamente relacionado con la explotación de petróleo no convencional que sobreviene al año 2009, sumado a la incorporación de técnicas para el mayor aprovechamiento de pozos maduros, ha permitido mantener al alza la producción global  de petróleo.

Ahora bien, la proporcionalidad entre plataformas y producción de petróleo ha cambiado dramáticamente desde finales del año 2014, cuando pese a la caída de plataformas de explotación de crudo en el mundo la producción global no parece impactarse de manera considerable, evidenciando el peso que la explotación de pozos maduros tiene en la producción de petróleo en el planeta.

Del caso es recordar que el cenit del petróleo a nivel global, en un nuevo balance que incluye petróleo tanto convencional como no convencional, se estima que suceda entre el año 2014 y el año 2020.

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El  más reciente informe sobre concentración de la riqueza en el mundo realizado por  Oxfam, señala que en el año 2014 el 1%  de la población más rica del planeta poseía el 48% de la riqueza mundial, mientras el 99% del mundo se repartía el 52%  restante, es decir, 7,128 millones de habitantes de un total de 7,200 millones.

De continuar dicha tendencia, según el mismo informe, al finalizar el año 2016 el 1% más rico del mundo acumulará el 50% de la riqueza mundial.

La perspectiva de la concentración de la riqueza en el mundo, se observa cuando cada vez es menor el número de ricos que poseen una riqueza equivalente a la de 3500 millones de personas.

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El factor económico ha jugado un papel esencial en la estrategia política de Occidente en el mundo, con antecedentes importantes en el Plan Marshall así como con  los flujos financieros y ventajas comerciales que se otorgaron a Japón y Corea del Sur, posterior a la Segunda Guerra Mundial, o lo que aconteció con Chile bajo el gobierno del General Pinochet.

Este pivote geopolítico,  entra a examen con la apertura del Banco Asiático de Inversión que posee 57 países asociados, 100 mil millones de dólares de base económica y que abrió sus puertas oficialmente el pasado mes de enero en su sede principal de Beijing.

En particular, Colombia con Japón y Estados Unidos son los únicos países en el mundo que abiertamente han expresado su desinterés en participar en dicho  banco.

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Conforme ha prevalecido el sector servicios en la economía mundial, se ha profundizado la informalidad laboral.

Colombia no ha sido la excepción en esta tendencia y la informalidad laboral perfila el comportamiento del mundo del empleo en el país (ver multimedia).

Según el Departamento Nacional de Estadística de Colombia (DANE), para finales del año 2015 el número de personas que laboraban con contrato verbal de trabajo ascendía a 11 millones de personas del total de 22,7 millones ocupadas en el país, es decir el 48,5%.

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El cambio climático evaporó las cifras que exhibió Colombia durante el año 2014 y que colocaba al país en el 4 lugar como potencia hídrica a escala mundial, según un estudio elaborado por el Instituto del Pacífico.

Sin duda en el pasado quedo la regularidad de la lluviosidad en el país andino,  lo que impacta de manera negativa la actividad agrícola, hace más complejo el mapa de riesgos debido a las inclemencias del tiempo y rompe la estadística meteorológica con la que se garantizaba el suministro hidroenergético del país.

En la actualidad y consecuencia del Fenómeno del Niño los embalses destinados a la producción de hidroenergía llegaron al límite del 30,8%,  una barrera que coloca al país en un considerable riesgo de racionamiento eléctrico.

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Las eras económicas del mundo han sido perfiladas por lo momentos políticos a través de los cuales ha transcurrido la humanidad, y más recientemente por  fenómenos como  la bipolaridad, la unipolaridad y por el proceso en curso denominado  multipolaridad.

La función activa que presentan potencias económicas como China y el grupo de los BRICS en el tránsito hacia la multipolaridad, hace que los modelos económicos que orientan la economía en la era de la unipolaridad entren en emergencia, conforme se agotan los mecanismos de regulación económica, decae la credibilidad de los pronósticos y se consolida un escenario de incertidumbre.

Hecha esta advertencia vale la pena revisitar el mapa de los países calificados por la insostenibilidad de su deuda, una definición que se establece al comparar el nivel de la deuda país respecto del crecimiento económico promedio esperado hasta el año 2024. Este ranking es encabezado por Italia, Chipre y Argentina que tienen una deuda respecto del PIB estimada en 132, 107 y 43 por ciento respectivamente, mientras su crecimiento económico para el año 2016 se proyecta entre -5,0  y 0,0 por ciento.

Resaltan otros países como Estados Unidos, Japón y Bélgica con una deuda respecto del PIB estimada en 103, 230 y 106 respectivamente. Su previsión de crecimiento económico promedio hasta el año 2024 está entre 0,0 y 2,5 por ciento.

Los invitamos a conocer el contexto de la deuda colombiana en la multimedia relacionada en un servicio de las agendas de economía, energía, conflictos y biosfera.

El índice de Gini explicita niveles de concentración de una variable  analizada que va de 0 a 100, donde 0 es la mayor distribución y 100 es la concentración total.

El cálculo del índice de Gini establece que Colombia es el décimo país más desigual del mundo respecto de la concentración de los ingresos. En cifras,  mientras en Colombia  una persona  que pertenece al 10% más pobre obtiene ingresos equivalentes a un salario mínimo legal de $689,454,000 en un mes, otra persona que pertenece al 10% de la población más rica del país obtiene ingresos equivalentes  $30,749,648 también mensualmente, es decir 44,6 veces más.

Naciones Unidas define un índice de Gini superior a 40, para sociedades altamente polarizadas y con riesgos de desestabilización política y social permanente.

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Para la Universidad de Harvard, China dejara en el pasado  el exuberante crecimiento económico que mostró durante más de un cuarto de siglo, que promedio el 9,4 por ciento entre el año 1980 y el año 2015. El crecimiento chino según esta estimación tendrá un promedio de 4,2%, algo que altera los nervios del gobierno del Imperio del Centro y que crispa aún más las tensiones geopolíticas.

Las proyecciones del centro de educación norteamericano incluyeron nuevas variables, como la ralentización del crecimiento económico global y el declive en el precio de algunos commodities, caso especial del petróleo.

El cálculo del crecimiento económico para la década próxima, según este mismo informe, será de 1,96% para Rusia, 2,58% en el caso de Estados Unidos y 3,02% para Colombia.

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