2016/04/28

Desde la crisis financiera mundial del  año 2007, los principales bancos centrales que giran en torno a Occidente, han precipitado sus tasas de interés a niveles que oscilan en torno a cero y desarrollado programas de estímulo con el fin de animar los aparatos productivos, los mercados financieros  y el crecimiento económico que soportan.

Ahora bien, a esta altura y luego de cerca de una década de maniobras financieras los bancos centrales occidentales  no logran las metas propuestas, sin embargo este ejercicio desnudó las limitaciones de sus capacidades de incidencia en la geoeconomía global y la interdependencia que Occidente tiene ahora mismo de China, y  de manera ampliada con los BRIC (Brasil, Rusia, India y China).

Ante esta realidad,  Occidente queda preso de tasas de interés negativas o cercanas a cero mientras  entran a revisión los mecanismos  con los que países como Estados Unidos o agrupaciones de países como la Unión Europea, instrumentan el orden económico y financiero global.

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