La democracia indirecta de
Estados Unidos, donde la prevalencia de unos estados sobre otros y finalmente
de unos ciudadanos sobre otros, son el referente a pocos llama la atención.
Por su parte, no son pocos los episodios recientes en EEUU donde algún candidato presidencial habla de elecciones turbias o manipuladas, y donde no hay comisiones de verificación internacional del sufragio, menos aún que algún país haya demandado recuentos de votos, conocimiento de actas electorales o no reconocido los resultados que las instituciones estadounidenses reportan, y es apenas normal si se piensa en principios como de no injerencia en asuntos internos.
Lo que sucede a EEUU puede aplicarse a modelos políticos como el de la misma China, con su partido único, y casi en cualquier país porque no hay condiciones iguales para los partidos políticos en competencia electoral, sea por la financiación privada sea por los efectos que tienen los frentenacionalismos en la constitución de las instituciones electorales estatales.
Por demás, en esto no hay que ser ni mucho menos que ingenuos si se reconoce la historia de la hegemonía estadounidense, que se soporta en el modelo de democracia restringida de carácter bipartidista país a país, donde se tranza con élites y donde adquiere caja de resonancia ONGs financiadas por EEUU o la Unión Europea, medios de comunicación de Occidente y los gestionados por las élites locales.
Sin duda, una verdadera democracia, un ideal que de seguro siempre tendrá reparos, debe concebirse como un modelo en constante cambio donde se "facilite" la emergencia de los movimientos sociales y se oxigene el horizonte partidario y de las instituciones gubernamentales evitando que el Estado sea apropiado simplemente por élites económicas y como extensión políticas.
En la coyuntura el tema de Venezuela, como era de esperarse, es abordado histéricamente por los medios occidentales y por la élite colombiana, conforme esta última espera como contrapartida que Washington les eche el cable para volver al poder y donde se evidencia la expectativa de EEUU de recuperar, ya no "el control del Canal-de Panamá", como del petróleo(aplica a las declaraciones de Trump sobre Mexico, Canadá, el Ártico y Groenlandia).
Como se sabe EEUU actualmente depende de manera sensible de la explotación de fracking en su propio suelo y en Canadá, un crudo más costoso en su producción que el petróleo convencional (lo que inhabilita cualquier posibilidad de redención competitiva e industrial de EEUU respecto de China) y en impactos ambientales.
Ahora bien, las disputas partidarias en los países del mundo luego de la segunda guerra mundial se "saldaron" mediante frentenacionalismos y sigue siendo una fórmula para el caso de Venezuela.
Eso si, como mecanismo iniciático pero que no debe recaer precisamente en los problemas ya indiscutidos y que trae la restringida democracia liberal occidental o bipartidista que hoy se cae a pedazos en el mundo.
Es decir, que debe tener, como se ha mencionado, mecanismos que faciliten la organización y emergencia del movimiento político que inste a la sociedad a hacer y construir el Estado, a la movilidad de la democracia que evite, como se que sectores específicos se apropien del orden de lo que debe ser per se público.
Bueno, y ello solo es posible sin la perniciosa injerencia que se lleva a cabo con el bloqueo comercial occidental a Venezuela algo que ya incluso no es practicable debido a la fisura que los BRICS + han realizado al SWIFT.
>Puzzle de publicaciones<< >> Blog<< <<Geoeconomía> <Geoconflictos> <Geoenergía> <Biosfera>