Así como entre los años 1945 y 2000 se consolidó el
poderío estadounidense en el mundo, entre 2000 y 2020, se cifra el auge chino, mientras lo que se sigue, lo que incluye este 2024 que va finalizando, es
visible el choque real entre potencias por su sobrevivencia, caso de EEUU, o continuación
de su proceso de consolidación como China.
Es decir, contrario a lo que comúnmente se cree, y es que Occidente se ha elevado en función esencialmente de su desarrollo industrial y tecnológico, entre otros, que se logra por las condiciones sociales que genera la riqueza expoliada de "la era de los descubrimientos", resulta pues baladí-
La guerra en Ucrania era vista por algunos como algo aparentemente pasajero, sin embargo, se esperó a que el diferendo Occidente Rusia tuviera algún grado de resolución, empero, ya en 2024, lo que se advierte es un proceso continuado de escalamiento, incremento de tropas y tipos de armamento utilizado y como es esperable, cientos de miles de combatientes fallecidos en la confrontación. De hecho, ya estamos en ataques “en la profundidad” de Rusia y la respuesta de esta con su propio “Órgano de Stalin” de la Segunda Guerra y con lo que aturdieron las tropas del Tercer Reich Aleman, el Oreshnik.
Desde Roma es conocido que las guerras son practicadas con tropas de la región donde se presentan mientras las legiones propias se calculan para el momento final de una estrategia. El bloqueo comercial y financiero, la garantía del avituallamiento determinan los avatares de la guerra, el tiempo, duración y características de la misma, hasta donde “se toque” el factor existencial de las potencias en emergencia, en últimas la guerra típica imperial del tipo híbrido.
En síntesis EEUU protagoniza su batalla táctica e involucra militarmente su set proto Occidental, mientras Rusia asume el costo de la guerra con sus propias fuerzas, aunque cabe advertir que Moscú ha rubricado un acuerdo de cooperación militar con Corea del Norte, quien tiene una fuerza terrestre de un millón y medio de efectivos-el cuarto ejército en tropas más grande del mundo-, acuerdo congelado desde la desaparición de la URSS, un desarrollo típico de asociaciones que proyecta una guerra mundial. EEUU que coloca como tropas de frente las ucranianas, sumadas a mercenarios de nacionalidades occidentales y, como en el futbol “del resto del mundo” y avituallamiento financiado tanto Washington como por Europa Occidental(lo que tiende a inclinarse en dirección al Viejo Continente con la llegada de Trump a la Casa Blanca) mientras Rusia extiende en esta primera fase un potencial involucramiento de Corea del Norte.
En el campo geoeconómico la batalla financiera y comercial se repite con EEUU y en particular Europa Occidental, empujando sus zonas de influencia a participar del teatro confrontacional, mientras del otro lado aparecen con rostro propio los BRICS plus, aunque más visiblemente el dúo sinoruso.
En Oriente Medio, la situación también evidencia un proceso de recrudecimiento de la confrontación. En el diciembre pasado, por esta época, estábamos en los inclementes bombardeos de Israel a la Franja de Gaza, y hoy, en diciembre 2024, ya estamos en las postrimerías de la apertura del frente de batalla de Tel Aviv sobre los Altos del Golán libaneses, los bombardeos a Beirut-incluso moderados a Irán-y hace apenas una semana, el golpe de mano occidental en Siria, donde los israelíes se deleitan en bombardeos. El “tiro al pato", como dicen los estadounidenses.
Ahora bien, en Europa Occidental las élites y el orden bipolar de la política jugado a la protección del régimen global estadounidense ven como se rompe el set frentenacionalista, lo que lleva a situaciones de bloqueo político parlamentario como lo que sucede en Francia, conocida la emergencia del Frente Popular en las más recientes elecciones, o con su equivalencia en Alemania, con la emergencia de Alternativa para Alemania(de hecho, hoy mismo el canciller Scholz ha perdido su moción de confianza en el Bundestag, lo que confirma elecciones adelantadas en febrero próximo) y que se extiende a otras regiones del orbe visto por lo que se presenta en Corea del Sur, con el intento de implementar un régimen marcial que ha conducido a la caída del presidente Yoon Suk-yeol (facturada por el partido demócrata en oposición al gobierno) o el mismo Japón donde el pasado agosto también ha caído su histórico primer Ministro Fumio Kishida, en el contexto de problemas económicos derivados de la crisis del dólar, el carry trade y donde se observa que el Partido Liberal Democrático hegemónico en el país toma aire para enfrentar decisiones sobre su relación con Estados Unidos, China, Corea del Sur o Rusia.
Es decir, las sociedades adquieren niveles de conciencia sobre lo que está en juego, que no es más que la probabilidad de un futuro involucramiento directo en las guerras, la obligatoriedad del alistamiento en una fuerza militar, entre otros, perceptible con regulaciones que se modifican en Europa Occidental que van en la dirección del retorno del servicio militar obligatorio, algo paulatinamente abandonado a la postre de la Segunda Guerra.
De hecho, el actual secretario de la Otan, Mark Rutter recientemente ha planteado el uso “de una porción” de las pensiones europeas para la financiación de las fuerzas militares en Europa.
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