La demanda de nacionalización de TikTok, en Estados Unidos, que ahora
tiene expresión en una votación en la Cámara de Representantes, y que obliga a la inversión extranjera en la compañía a que sea
traspasada a una inversión local -aunque públicamente se hable de problemas de seguridad nacional, si se piensa en la data que acumula todo servicio de internet-, lo que ha juntado republicanos y demócratas,
ejemplifica, a las claras, el fin de la globalización.
Por demás, muestra las costuras, de nuevo, a un Estados Unidos comprometido con un genocidio, que en las cadenas de TV apenas tiene segundos de cobertura, por supuesto, y con cada día, más tropas y apoyo tecnológico a Kiev.
EEUU, con esta postura, da una vuelta más en la erosión a su propia moneda, puesto que una cosa, es un dólar que tienen los grandes empresas estadounidenses, y otra, aquellos dólares, que posee un extranjero, en particular, los fajos que poseen los BRICS 10, que mal contados, representan 3 mil millones de habitantes del planeta, donde está la locomotora industrial global, China, y otras potencias con buen performance económico, si se piensa en la situación de las economías occidentales.
En este sentido, EEUU no hace más que creer que con su vallado económico, puede albergar una esperanza de recuperación, cuando lo que logra, es motivar la unidad y desarrollo económico exógeno a este.
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