El declive del crecimiento
económico global, visible según mediciones en tramos de cada cinco años desde el
año 1969, se observa estrechamente relacionado con el rezagado crecimiento del consumo mundial
de petróleo, algo que habla de la severidad de las tensiones a las que está sometido el sistema económico y social global, pero que
si por el comportamiento del suministro de crudo se trata mantendrá su curso.
De hecho, se prevé que en los
próximos 20 años la producción de petróleo a escala global (incluyendo el
aporte de la explotación de las arenas asfálticas), se reducirá aproximadamente a la mitad.
En este proceso poco puede hacer la producción de
petróleo estadounidense, hoy impulsada por el auge de la fractura hidráulica y que se vende como la redención de la
producción global del energético. De recordar que la producción total de crudo de este país
asciende diariamente a 8,9 millones de barriles y su consumo correspondiente a 18,8 millones de
barriles, esto para un medición realizada en diciembre de 2012.
En el escenario de mayor
producción de petróleo y que llega a su techo en el año 2020, la producción de
petróleo de Estados Unidos se estima arribará a los 11 millones de barriles
día.