
Cuando se observa el precio del petróleo, comparativamente con el índice de precios de los alimentos de Naciones Unidas, se hace visible que desde entonces ambos factores fluctúan de manera análoga y, adquieren una relación mucho más estrecha, respecto del comportamiento de estos previo al año 2008.
Esta especie de “equivalencia”, representa la ligazón que el mercado de los energéticos ha adquirido con el mercado de los alimentos, y explica el alza que caracteriza estos últimos, lo que tiene ecos en levantamientos sociales que se han presentado en diversos lugares del planeta y, en particular, en los conflictos desatados en el contexto de la denominada “primavera árabe”.
Específicamente, el precio del maíz se ha visto impactado consecuencia del uso del grano para fines como la producción de etanol en Estados Unidos, uno de los principales exportadores de este producto, y está relacionado con los precios de dicho insumo en el mercado interno colombiano.
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