2012/04/27

La guerra de monedas, que tiene en su centro la devaluación del dólar americano, y como contrapartida la pérdida de competitividad de las economías emergentes, es el mecanismo de defensa estadounidense ante el debilitamiento de la influencia y capacidades de orientar el comportamiento de la economía mundial de las organizaciones de Bretton Woods, el Fondo Monetario, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, entidades en el presente bajo su égida.

Esta realidad, se explica por la emergencia de nuevas potencias económicas que al margen de su poder de decisión en las organizaciones de Bretton Woods y, proporcional a su desarrollo económico, se convierten en decisores de facto del curso de la economía internacional.

En este sentido, asistimos en la actualidad al paso de las “aguas tranquilas” de la economía global, gestionada hegemónicamente por EEUU, a una disputa respecto del control de la misma por parte de las economías emergentes y más específicamente por el grupo BRICS de países.

Las bases del nuevo escenario internacional, en construcción, se deja ver tras medidas como la reducción del financiamiento económico que China realiza de Estados Unidos, quien posee el 24% de la deuda total americana que asciende a 12 billones de dólares.

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