
En medio de esta situación, las compañías petroleras BP, ENI, Statoil y Shell anunciaron la reducción o el cese del bombeo de crudo líbio, lo que se estima en una disminución de la extracción de entre 300 y 400 mil barriles día del total producido por este país, que asciende a 1,6 millones de barriles día.
Como respuesta el gobierno de Trípoli amenazó con la interrupción total de la producción mientras la oposición, que controla las poblaciones de Bengasi, Misurata y Zawilla promete impedir que ello suceda.
En contexto, de prolongarse la situación generada en torno al mundo árabe, región que concentra el 65% de las reservas globales de petróleo, bien podrían elevarse los precios del oro negro al techo de los 130-140 dólares el barril, lo que según el destacado economista Nouriel Roubini puede reeditar la crisis económica de 1970.
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