2010/11/21

Hace una semana terminaron las reuniones del G20 en Corea del Sur y pese a la acuciante situación de la economía mundial, que en medio de las conversaciones continuó su senda con la crisis de Irlanda, las conclusiones omitieron compromisos de los países.

Es decir, la actual agenda de EEUU se mantiene incólume pese a los llamados del BRIC y la Unión Europea a la disciplina fiscal - un “ajuste estructural” que ya vive Europa-, así como el control a las emisiones de dólares de este país, y que explican la devaluación de la divisa americana y el incremento del precio del oro en el mundo.

La reunión que buscaba acuerdos terminó por impulsar las medidas unilaterales de las naciones. No se entiende entonces porque el jueves último el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, cargo de nuevo contra China acusándole de mantener su divisa artificialmente baja. Sin duda, la emergencia de nuevas y poderosas fuerzas económicas en el mundo ha terminado afectando de manera irreversible el control que por décadas sostuvo EE.UU del comercio y las finanzas globales. Cuesta despertar del sueño de la hegemonía que lenta pero irrevocablemente es controvertido.

Observe el registro histórico del valor del oro y los precios de la vivienda en EEUU como contexto a las tensiones económicas internacionales en un servicio de las agendas de economía, conflictos, energía y biosfera.