Estados Unidos ha pasado de ser el soporte
financiero y militar de Israel a participar con su propia aviación en un ataque contra
instalaciones nucleares de Irán.
En esto hay que recordar como contexto, que las guerras en Europa previo a la primera gran conflagración iniciada en 1914 y la misma primera guerra, los bandos en confrontación supeditaban su actividad militar propiamente sobre personal castrense respetando el carácter de la población civil definida como no combatiente y desde donde sobrevino a la postre el conocido principio de proporcionalidad.
Esto lo cambió las rondas de bombardeos contra ciudades que desató Estados Unidos e Inglaterra sobre la Alemania del Tercer Reich y sobre Japón (bombas atómicas: unas cinco de estas armas actualizadas son suficientes para desaparecer una ciudad de 10 millones de habitantes y vienen en un cabezal nuclear, “de los pequeños”, y en un solo misil) en la Segunda Guerra, que fueron ataques indiscriminados contra población civil y que fue justificado por estos países por localizarse allí alguna logística de los ejércitos de Berlín y Tokio.
Son muchos pues los ejemplos para estirar este tipo de argumentos con el que se rompen principios básicos y humanitarios en medio de la guerra, y que se burla con frecuentes montajes como el icónico momento cuando el secretario de defensa de Estados Unidos, Colin Powell, mostró en una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, fotografías que resultaron ser falsas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq y con lo que se desató la intervención occidental sobre este país en el año 2003.
“Investigaciones bipartidistas del Congreso de Estados Unidos arrojaron que fueron exageraciones y uso de hipótesis descartadas” según el portal de verificación de información de la agencia de noticias EFE(ver ref al final).
Desde entonces Iraq, como en Libia donde fue utilizado como argumento la protección de los civiles en protestas (tuvo su propia resolución en el Consejo de Seguridad, la 1973 en la era de la hegemonía estadounidense y que sirvió como mampara para que los aliados occidentales lanzaran ataques en 2011 a dicho país), se debaten entre la guerra civil y la secesión de los países pero en donde subyace realmente el interés de Occidente de hacerse con el control de los recursos petroleros y minerales en general, de estas naciones.
Ahora bien, para referenciar los ataques librados por Wall Street sobre Irán del día de ayer, hay que recordar que pese al miedo que generó la devastación tras el uso de la bomba nuclear en Japón(1945) en otras potencias y a que la URSS obtuviera la propia en 1949, sobrevino el programa “Atomos para la Paz” en donde las potencias atómicas promovían el uso de la fisión nuclear para producción de energía eléctrica y de radio isótopos para el tratamiento de enfermedades, entre otros fines civiles. De hecho, Colombia llegó a tener su propio reactor nuclear experimental.
En este contexto es que se desarrolló el programa nuclear iraní, por su puesto siempre existen temores que tecnologías civiles terminen en usos militares como lo que sucede con Boeing que produce aviones civiles como el mismo B29, es decir, el modelo Boeing 29, un carguero especial con el que se lanzó las bombas atómicas de toneladas de peso, y ya mencionadas.
Por su parte cabe aclarar, que días atrás, pero después de los primeros ataques a las plantas (entre otros tantos objetivos) de Israel, el jefe de la Agencia Internacional de Energía, Rafael Grossi “confirmó que no existen pruebas de que Irán este desarrollando un programa de armas nucleares”.
En este sentido, la acción militar unilateral de Estados Unidos contra las plantas iraníes, lo que está al margen del derecho internacional en tanto no fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU vela otros propósitos, como es de esperarse.
Israel es definido por muchos expertos como el portaviones en tierra con el que Estados Unidos y sus aliados europeos han pivoteado el control sobre la región más importante en reservas de petróleo del mundo (bueno, y con el fomento de choques entre las naciones del Golfo Pérsico, el “divide et impera”, el divide para reinar de Julio Cesar). En esto la historiografía mediática sobre el “choque de civilizaciones”, o que las sociedades diferenciadas en sus creencias religiosas, sus atuendos o culturas, hacen algo parecido a lo que en Colombia también han intentado imponer como “gen de la violencia” con lo que explican los violentólogos la causa de la república paramilitar. Es decir, que es la sociedad la que está supeditada per se a la violencia, ocultando los verdaderos móviles de la misma, cual es el control del estado por las élites que deriva en acuerdos con señores feudales y narcos en el desarrollo de políticas represivas que den sostenimiento a este status quo, y en lo que convergen con el interés estadounidense respecto de la arista colonial.
Es este pues el verdadero propósito, y es que 80 años de hegemonía estadounidense en Asia Occidental está llegando a su fin, y Wall Street de manera desesperada intenta contener, desconociendo que fue la actitud pasiva de la URSS en su momento y de otras potencias medias lo que permitió a EEUU ser lo que fue hasta hace contados años.
Pero eso es lo que ha cambiado.
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