La regla capitalista que establece el valor de lo divino y
lo humano, igual que lo compra es un hecho demencial de todos los tiempos
El presidente Donald Trump, como
decir, la mejor perspectiva de Wall Street de que todo se compra con dinero, ha
ofrecido adquirir Groenlandia, una isla y nación asociada a Dinamarca con una población
de 60 mil habitantes. La compra por su
puesto infiere la toma de posesión de todo lo que hay allí, lo que incluye los
más de 2 millones de kilómetros de superficie, es la mayor isla del mundo.
La pregunta que se sugiere es si
incluye la posesión de las 60 mil almas que habitan este territorio y podría
decirse que de facturarse la compra o la toma militar de la ínsula lo cierto es
que sus pobladores quedarían regidos por las normas que expida la Unión Americana, lo que no necesariamente significa que adquieran la
nacionalidad plena estadounidense por lo que puede ser considerado eventualmente como
“posesión extranjera” caso actual de las personas que habitan Puerto Rico, Islas
Vírgenes o Guam. Es decir, son nacionales, pero no ciudadanos de los Estados
Unidos.
Ahora bien, el capital del asesor
de Trump, Elon Musk, que es la primera persona en la historia del mundo en
alcanzar un patrimonio neto de 400 mil millones de dólares, una suma que supera
el PIB de más de 160 de poco más de 200 países reconocidos en el orbe dice otro
tanto. Es decir, que este señor podría en teoría comprar países como Colombia
con un PIB de 364 mil millones de dólares, Irán con poco más de 400 mil
millones o Cuba con 107 mil millones. A la mano estarían también Panamá,
Paraguay, Perú, Ecuador, El Salvador…como se mencionó la lista es más de 160.
La pregunta que surge es ¿esto tiene
sentido?
De hecho, la pregunta es cual es
el valor de tan solo una vida humana, un árbol o un río.
Una cosa es que la humanidad por el reduccionismo económico haya adoptado monetizar diariamente todo lo que le rodea(no olvidar que cada hoja de un prado es única e irrepetible), pero otra
bien diferente es cuando se enfrenta a la pérdida de un ser querido, quedarse
sin agua dulce, respirar aire contaminado al punto de enfermar los pulmones y terminar con una neumonía o verse frente a una temperatura de 50 grados debido al
cambio climático y donde un ser humano no puede vivir. Explica lo que sucede
día a día en Palestina.
Lo cierto es que Wall Street ha
monetizado casi todo lo existente y si faltara no sería si no pintar papel con el stencil de la Reserva Federal. Esta realidad es la que nos coloca
ante el absurdo de ofertar por la compra de territorios y sus pobladores, lo
que recuerda la cruda Conquista de América y la esclavitud.
Ahora bien, lo que verdaderamente
soporta este fenómeno solo considerado como alucinación es la fuerza militar de
Estados e imperios. De hecho, una toma militar de Panamá, Canadá o Groenlandia
seria tasado por los solos costos de la movilización de tropas, en lo que para
el ejemplo ni habría combates.
No ha sido suficiente con la universalización
de la informalidad laboral y ahora el fin de la soberanía que otorgaba el
contexto del auge del mercantilismo occidental ofrece el nuevo panorama.
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