2025/01/09

En 2016, la Revista Time declaró a Donald Trump como personaje del año al ser electo presidente de EEUU. El tabloide manifestaba que el magnate pronto estaría al mando “del ejército más letal de la historia”.

 A varias columnas se retomaba como Trump ganó las elecciones en el cinturón industrial de EEUU, constituido por Wisconsin, Michigan, Ohio y Pensilvana, una historia que se repite en 2024. En su torre de cemento se le escuchaba decir al referirse a los obreros: “Los represento, y ellos me aman y yo los amo”.

Para Michael Scherer el periodista de Times que escribió la reseña al presidente electo y nombrado personaje del año de la revista, lo que abrió la puerta a Trump fue la realidad registrada por una investigación de Robert Shapiro, asesor en economía de Clinton donde se establecía que “A medida que la productividad y el producto interno bruto estadounidenses crecieron en la primera década del nuevo siglo, los salarios medios de todos los estadounidenses se desplomaron, y en la práctica se estancaron”, una advertencia para decir, que no solo se requiere producir más y mejor en el tiempo y con progresión de eficiencia en uso de recursos, si no también que se requieren medidas estatales que faciliten que los trabajadores y la sociedad disfruten de ello.

 —"Estoy trabajando más duro y me estoy quedando atrás"— la frase utilizada hasta el cansancio en cada mitin público de Obama y que permitió su reelección en 2012, a lo que agregaba que haría lo necesario para redimir políticamente esta situación se convirtió en palabra huera y un desdoblar del tapete rojo por el que desfilaría, según el editorialista Scherer de Times “el charlatán que se mostró más real que los profesionales políticos guionados” o el “fabulista que gritó más fuerte que los periodistas que luchaban por separar los hechos de la falsedad”.

En este sentido, el apoyo que brindó Obama a Harris en 2024 resulto ser finalmente una tabla más en la sepultura de la candidatura de la demócrata.

Por supuesto el desangre económico estadounidense, aunque suene repetitivo, está en el abandono que élites y como parte de estos, políticos, hicieron de su sociedad. Se extasiaron con la riqueza primero de la colonización que procura el mercantilismo globoneoliberal y con este de la sobreexplotación salarial que tiene como mejor expresión la informalización laboral universal. Lo que siguió fue deslocalizar la industria estadounidense para producir en Oriente (China) a menores precios laborales y mayor dividendo en la ganancia. El set de la crisis fue seguido con la sed de las impresiones de dólares como forma de pervivencia.

Tal realidad es la que tiene a Wall Street catatónico, pero al mando “del ejército más letal de la historia” (Trump ha advertido al generalato que no duden y que deben cumplir las órdenes que se dispongan). Groenlandia, Panamá, Canadá o Mexico son expresión de contener el déficit comercial estadounidense donde los pagos por materias primas o servicios exteriores deben precipitarse o volverse inocuos que corten la vena de las impresiones del billete verde. El rifi rafe con Reino Unido o Alemania habla de cuan expansivo es el evento.

La portavoz del Gobierno francés, Sophie Primas, el día de ayer habla de «una forma de imperialismo» pero más bien es el desdoblamiento del imperialismo a la postre del que se gestionó en la era del auge del mercantilismo proto Occidental del que han hecho parte, desde luego.

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