La era de la información y de la comunicación
sintetizada en el predominio de la internet como tecnología predominante en el
desarrollo de la comunicación, logró consolidar el poder mediático e ideológico
de Wall Street en el mundo (otra forma de dar sentido al concepto Globalización),
desplazando de su oficio a medios de masas domésticos, en particular privados,
puesto que los públicos finalizaron prácticamente su actividad a la postre de
los ochentas en el inicio del auge neoliberal.
Las redes sociales revolucionaron la clásica
forma de comunicar soportada en el enlatado de Hollywood o el noticiario con la
pauta publicitaria de empresas locales como multinacionales y convirtieron en
centro de atención o gancho mediático a las mismas personas o de otra forma sus
publicaciones, para evolucionar a la selección algorítmica de perfiles masivos
a promoverse.
Si el feed de comerciales entre programas de la
televisión clásica amasaba la cultura (o el pensamiento) a introyectar en las sociedades,
este mismo fin se consigue a través del feed que de manera sutil impone el
algoritmo en Meta (Facebook, Instagram), X(anterior twitter), o el predominio
de resultados que presenta el buscador de Alphabet (Google). De esta forma las
Big Tech de Wall Street sustituyen a Caracol o RCN Tv, las emisoras radiales (con
competidor en Youtube, con menú a la carta), mientras los periódicos físicos están
en la extinción e igualmente tienen que migrar al formato virtual
gestionado en sus posibilidades finalmente por Alphabet.-La IA será solo una
escalón más en igual sentido-.
Ahora bien, la asimilación informativa de los
mass media tradicionales que buscaban no desaparecer del todo considerando el
avance de las Big Tech en su campo, terminó por convertir ambos escenarios en industria
de noticias falsas, donde la poca veracidad que en el pasado llevó a orientar
la actividad de los mass media domésticos desaparece casi en su totalidad. Como decir, se ofrece una información veraz (o
una imagen enfocada en una transmisión en vivo, en el caso de los noticiarios) para
mezclar paquetes de contenido pernicioso o acomodado al interés de los
propietarios, formato característico de la noticia falsa.
En realidad, la profunda e inusitada crisis que
atraviesan los sistemas de información en Occidente en particular, refleja la
crisis de los frentenacionalismos, la imposibilidad de crear los mensajes y
formatos del pasado con los que se amasaba el poder ideológico y político y de
otra forma, la contradicción entre intereses de la “gran city” de Wall Street
con los intereses de las élites domésticas, país a país.
Esta suerte de epidemia es la que está
conduciendo a la Unión Europea a establecer sanciones pecuniarias a las Big
Tech, en esencia, estadounidenses, con una vuelta a la tuerca en la decisión de
ayer de España de “obligar a los usuarios de redes con más de 100 mil
seguidores, sumadas las cuentas en diversas plataformas, a rectificar
inexactitudes, mentiras o bulos”, pero lo cierto es que de aplicarse a raja
tabla esta medida tendrían prácticamente que desaparecer las redes sociales, finalmente la internet como se le conoce -De hecho, hasta los
noticiarios de la televisión análoga y abierta, ya contagiados por el formato de
las redes, y ni que decir, de las
editoriales de libros, un negocio, en general y desde siempre atado a los
dueños del poder y que aqueja iguales males-
Comúnmente se les escucha en las mesas de
redacción afirmar que no podrían existir sin el financiamiento de privados y
que finalmente eso hace parte de la democracia y de la garantía y servicio
social del derecho a la información, sin embargo, son precisamente todas estas
divisas las que entran en cuestión.
Se dirá que todo era más fácil en medio de la
hegemonía de los bipartidismos en el mundo, lo que tiene que ver con no
reconocer el déficit histórico de los mass media tradicionales respecto del
deber de entregar una información veraz, pero lo cierto es que los dueños de la
pauta tendrán que entender que el mundo cambió y que toca construir consensos
sociales desde el formato de sus propios medios, reconocer que el control de
los gobiernos ya no es como en el pasado y que es necesaria la utilización de
la democracia como herramienta de la convivencia y tolerancia entre matices políticos
diferentes al interior de los países.
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*El hecho que las demandas legales que involucran bulos promovidos en la campaña presidencial por parte de Donald Trump esten siendo fallados a favor de magnate, se cierren los casos o que, como en el caso de ABC, que prefirió pagar 15 millones de dólares ante una demanda de Trump por reportes del medio y de sus periodistas considerados por el presidente electo como manipulados, no aclara si no que oscurece la situación analizada. Las instituciones estatales federales de EEUU simplemente han desaparecido si se piensa en su independencia y estatalidad.