El imperio romano colapsó conforme desaparecía
el hálito republicano y la constitución de derechos sociales y políticos a las
regiones conquistadas, lo que se sumó al continuado accionar de sociedades en resistencia
en Europa allende el río Danubio como los Dacios, Getas o Germanos, estos últimos,
los bárbaros de la época que provenían de la península escandinava, al rededor
del Mar Báltico y del Norte. En África este papel lo jugaron los mauritanos o
Númidas, mientras en Oriente Medio fue el Imperio Sasánida.
La disolución del imperio romano ya a la altura del siglo V de nuestra era, pasó primero por una balcanización del poder en su esfera territorial y que, en la mezcla de la emergencia militar de pueblos originarios, derivó en la constitución de reinos, monarquías forjadas a través del feudalismo.
El paulatino ingreso de la era del racionalismo del siglo XVII en Europa dio herramientas políticas a sociedades determinadas por el servilismo, es decir, la primacía incuestionable de la propiedad de la tierra en los reyes, un poder establecido desde “el más allá” con regímenes de papados que a su vez eran monarquías. La ideología del modelo se basaba en el teocentrismo tal como hoy lo es el capitalismo; del tedeum a los mass media y de estos a las redes sociales y la internet.
La “era de los descubrimientos”, permitió a las monarquías trasladar los mecanismos de desposesión que practicaban en el Viejo Continente a las regiones conquistadas e introducir políticas que facilitaban la propiedad de la tierra en Europa. Cuatro Virreyes gobernaban la casi totalidad de América (a excepción de las regiones de Norte América en manos de británicos y franceses), las propiedades ahora de los reyes católicos incluían las poblaciones indígenas autóctonas mientras los factores de producción del momento, inversiones privadas, se encargaban del comercio de esclavos traídos de África, a la prostre la concesión de tierras a blancos europeos para la explotación de minas de oro o plata, producción de azúcar, algodón y topo tipo de productos exportados al Viejo Continente.
El auge de China y el reposicionamiento de Rusia, los BRICS + son representaciones de la contracción de los mercados a explotar por parte de Estados Unidos, un fenómeno que traduce una crisis de excedentes de dólares emitidos por décadas. La competencia productiva en la que Washington resulta perdedor es otra arista del fenómeno.
La expansión geoeconómica capitalista estadounidense basada en la expropiación de la remuneración que los trabajadores obtenían como fruto de sus labores realizado por el neoliberalismo, moviliza las sociedades en el mundo y coloca en emergencia las democracias liberales(frentenacionalismos-bipartidismos), o democracias restringidas desde el punto de vista de los derechos ciudadanos.
Las dos aristas anteriores, cifran un cruce de
caminos para la humanidad y que se entremezcla con el cenit de los recursos y
el cambio climático.
A escala doméstica, es decir, si se piensa en el mercado colombiano, la servidumbre moderna se traslada también a formas como el comercio de la vivienda, que por las características de una economía esencialmente informal, hace igualmente imposible ser propietario de la misma, en consecuencia la retoma de los bienes por los bancos, mientras se vuelven representativas formas arrendatarias como referente del sector hábitat en el país.
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