
Desde los años ochenta se presenta un incremento sostenido de la
participación de las mujeres en la fuerza laboral global, en todas las
regiones del mundo, a excepción de África, un fenómeno que está acompañado por la baja continuada de la tasa de fertilidad
que cayó a nivel mundial una tercera
parte entre el año 1980 y el año 2014.
En particular, en Estados Unidos,
la tasa de participación laboral de las mujeres crece de manera sostenida desde
1948 hasta el año 2000.