
Desde entonces existen contactos
entre el gobierno del presidente Santos y algunos representantes de los
opositores a la puesta en marcha de los acuerdos, por lo que se mantiene en
vilo la situación tanto del Estado colombiano como las instituciones privadas
de la nación andina.
Sin duda el sector público y
privado colombiano han asimilado un escenario de postconflicto desde hace aproximadamente 4 años. En medio de un contexto excepcional de seguridad se
estableció un derrotero para el país, paulatinamente se modificó la perspectiva
del que hacer de las fuerzas militares y en medio de un clima favorable de
negocios se plantaron las dinámicas del comportamiento de la inversión privada.
Todos y cada uno de los elementos
descritos están en juego y representan un contexto más amplio y realista si se
piensa en los efectos de una frustrada negociación.