
Estudios académicos sobre el tema
recomiendan no utilizar los conceptos “terrorismo” y “terrorista”, con los
cuales se elude la investigación sobre las causas de los hechos violentos
y sus responsables. La idea es estimular una actitud reflexiva en la
opinión pública y en los gobiernos
buscando aportar elementos de análisis que permitan ofrecer una respuesta
estructurada ante los acontecimientos, por severos que sean.
Por su parte, ha hecho carrera en
el mundo que tras los hechos de violencia se abra paso el otorgamiento
de poderes excepcionales a los gobiernos que en muchos casos se extienden ilimitadamente
en el tiempo y que involucran la puesta en marcha de medidas que constriñen las libertades civiles, lo que en teoría se plantea como el camino de cara a la recuperación de la
seguridad pública.
El mayor despunte en cuanto al
número de ataques terroristas en el mundo se presenta luego de la desaparición
de la Unión Soviética en el año 1991 y están relacionados con las
intervenciones militares occidentales en Afganistán, Iraq, Pakistán, Siria y
Nigeria.
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