2010/11/07

En agosto pasado, el mundo observó con asombro como Francia, el país de la fraternité, expulsaba 700 gitanos que yacían en su territorio. Las repatriaciones “voluntarias”, tal como las denominó el gobierno Sarkozi, buscaban retornar esta comunidad de migrantes itinerantes a Rumania y Bulgaria. 

Dos meses después, en octubre, estallaron las protestas contra la reforma al sistema de pensiones galo que terminó por ampliar en dos años la edad de jubilación de los trabajadores.

Es un collage no exclusivo de Francia. Las políticas anti-inmigrantes, los recortes presupuestarios y la inconformidad ciudadana puede verse en Reino Unido, Alemania o EE.UU.,  y traduce más bien una tendencia en el mundo industrializado conforme se prolonga la crisis económica, este último factor, pieza central de la presentación que sobre Francia, realizan conjuntamente las agendas de conflictos, geoeconomía, biosfera y energía.