La hegemonía del dólar está
representada por la primacía que adquiere dicha divisa como referente del
comercio y de las reservas en moneda
extranjera que poseen los bancos centrales en el mundo.
La instrumentalización de dicha
hegemonía se soporta en la influencia que Estados Unidos ha tenido en las
organizaciones de Bretton Woods desde su nacimiento y la prevalencia del dólar
como moneda de cambio en el comercio del petróleo de la Organización de Países
Productores de Petróleo (OPEP). Por su parte, dicha primacía adquirió un nuevo
impulso luego de la caída del Muro de Berlín, que escenifico la ampliación del campo
económico y comercial en la proyección del dólar como divisa de referencia en
los países bajo influencia rusa.
Ahora bien, el ascenso de la moneda estadounidense como
cualquier moneda de cambio esta soportada en la confianza o promesa de pago que
en este caso es respaldada por el banco emisor y en síntesis por el Estado que otorga tal
competencia. Por ello, es finalmente la
situación de las finanzas del Estado lo que
determina la posibilidad del pago de las deudas.
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