Hoy es cada vez más omnipresente la teoría del valor dada la turbulencia que presenta el mercado internacional de materias primas, y el escenario que de facto cuestiona el patrón dólar como referente del comercio global.
La teoría clásica establece la existencia de una relación entre el valor de los bienes y servicios con el trabajo que estos tienen incorporado. De hecho, la referencia del trabajo, en un sentido amplio, bien puede entenderse como la energía involucrada en el proceso de transformación de las materias primas en productos o bienes terminados, o en el caso de los servicios, la energía involucrada en la prestación de los mismos.
Ahora bien, a la ecuación también habrá que agregar los costos de las materias primas en sí mismas, las cuales están sujetas a fluctuaciones al alza en sus precios conforme se presentan tasas de agotamiento y a su vez de los costos ambientales.
En una escena donde los instrumentos de carácter monetario se muestran incapaces de recuperar la tranquilidad de los mercados, lentamente se abre paso una nueva economía modulada por el dictado que interpreta el escenario de escasez de los recursos naturales y los impactos económicos derivados del cambio climático.
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