2011/10/16

Como se había previsto la crisis económica está derivando paulatinamente en descontento social al tenor de sus efectos en el nivel de la flexibilización de salarios, privatizaciones, eliminación de empleos y disminución de la inversión social. Ayer, se presentaron movilizaciones en 82 países y más de 951 ciudades del mundo, entre las que se incluyen las capitales de los países ricos, con la consigna “Occupy Wall Street”.

Sin duda, la inestabilidad sistémica que deviene a la emisión de moneda ha establecido un límite al margen de maniobra de los Estados ricos y endeudados, obligándoles al “ajuste estructural”. Para aquellos de estos países que aún se rehúsan a ello considerando medidas de poca profundidad, hay que decir que es cuestión de tiempo.

Ahora bien, al problema de la deuda y de la crisis financiera hay que agregar ahora el de la probabilidad del hundimiento de la economía global tal como sucedió en los años 2008 y 2009. En su World Economic Outlook para el segundo semestre de 2011, el Fondo Monetario Internacional revisó a la baja el crecimiento económico tanto del grupo BRIC de países, la zona euro y EEUU, este último, quien mostró la mayor de las caídas respecto de los países y regiones mencionadas, lo que para algunos analistas convertirá la situación actual en un juego de niños comparado con lo que estaría por suceder de materializarse las predicciones.

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