En medio de las tensiones entre EEUU y Pakistán, luego de la muerte de Osama Bin Laden en Abbottabad, provincia a 60 kilómetros de la capital Islamabad, el gobierno del presidente Zardari reconoció que busca adquirir 50 caza
bombarderos del tipo JF 17 de origen chino, omitiendo la opción por los aviones F16 estadounidenses, una respuesta que busca salir al paso a la controversia sobre la autorización de la operación, y a las grandes manifestaciones que se han generado en el país del Asia occidental, en torno a la muerte del líder de Al-Qaeda.
La decisión, a su vez, profundiza las buenas relaciones entre los gobiernos de Beijing e Islamabab, que están soportadas en el comercio. China es ya el principal origen de importaciones con destino a la nación del rio Indo.
Por su parte, la inestabilidad del país surasiático esta alcanzando la popularidad del presidente Zardari, en el pasado procesado por corrupción, sometido actualmente a las presiones del estamento militar que plantea una revisión a las políticas de cooperación con EEUU, un giro que quizás modifique la estrategia defensa de una potencia nuclear como Pakistán, que según un reciente informe de la revista The Economist, ya posee un número de ojivas nucleares mayor que el de Francia.
Así las cosas, la muerte de Bin Laden se suma ahora a la impopularidad que Estados Unidos se ha granjeado en Pakistán, debido al incremento de los bombardeos realizados por drones, llevando a la incertidumbre las relaciones con un socio especial en la "lucha contra el terrorismo", desde donde se apoya de manera importante las operaciones contra los talibanes en Afganistán y en el propio Pakistán.
Los drones, que son aviones de ataque no tripulados, se han convertido en una de las armas predilectas del Pentágono en tierra paquistaní. Durante el gobierno Bush, 2006-2009, los drones realizaron 41 ataques, mientras en 2009, ya en la administración Obama, los ataques suman 42, con 453 víctimas.
Conozca la multimedia relacionada en un servicio de las agendas de conflictos, energía, economía y biosfera.

La decisión, a su vez, profundiza las buenas relaciones entre los gobiernos de Beijing e Islamabab, que están soportadas en el comercio. China es ya el principal origen de importaciones con destino a la nación del rio Indo.
Por su parte, la inestabilidad del país surasiático esta alcanzando la popularidad del presidente Zardari, en el pasado procesado por corrupción, sometido actualmente a las presiones del estamento militar que plantea una revisión a las políticas de cooperación con EEUU, un giro que quizás modifique la estrategia defensa de una potencia nuclear como Pakistán, que según un reciente informe de la revista The Economist, ya posee un número de ojivas nucleares mayor que el de Francia.
Así las cosas, la muerte de Bin Laden se suma ahora a la impopularidad que Estados Unidos se ha granjeado en Pakistán, debido al incremento de los bombardeos realizados por drones, llevando a la incertidumbre las relaciones con un socio especial en la "lucha contra el terrorismo", desde donde se apoya de manera importante las operaciones contra los talibanes en Afganistán y en el propio Pakistán.
Los drones, que son aviones de ataque no tripulados, se han convertido en una de las armas predilectas del Pentágono en tierra paquistaní. Durante el gobierno Bush, 2006-2009, los drones realizaron 41 ataques, mientras en 2009, ya en la administración Obama, los ataques suman 42, con 453 víctimas.
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