Hace algunas semanas Jeff Opdyke en una de sus columnas en The Wall Street Journal se distancio del concepto más común de los economistas, y soportado en estudios, que el oro no es un commodity, es decir que su valor no se comporta como el de un bien básico sino más bien que su transacción tiene un comportamiento análogo al de una moneda. Ahora, lo cierto es que en épocas de incertidumbre económica muchos de los caracterizados bienes básicos, específicamente los relacionados con la energía, se convierten en lugares de aseguramiento de las inversiones elevando sus valores, tal cual sucedió en los albores de la crisis de 2008.
Por ello el boom minero no es un asunto azaroso. En Colombia, los altos precios son los que han dado de nuevo vida a zonas abadonadas en las que se explotaban recursos como petróleo o el oro, o a que se intensifique la producción de carbón, esto sin hablar de las inversiones en prospección de recursos mineros en general, que el gobierno no ahorra en llamar bonanza. Los megaproyectos en sectores afines son también impactados caso de la hidroenergía.
La invitación es a conocer el estado de la producción y consumo de los principales energéticos en Colombia, por medio de la presentación elaborada por las agendas de economía, energía, conflictos y biosfera.
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