2010/09/13

En medio de las informaciones que hablan del acentuamiento de la crisis económica internacional, es importante revisar la situación de Japón, eje fundamental de la estrategia financiera de EE.UU.

Japón tiene 127 millones de habitantes,  es el décimo país en población del mundo, pero a su vez esta aquejado por el envejecimiento de  sus habitantes. Respecto al PIB, la nación oriental ocupa el lugar número tres a escala global. 

La referencia de Japón cobra importancia puesto que es el segundo país, después de China, en cuanto a la financiación de EE.UU se refiere. En 2009 adquiere bonos estadounidenses por unos 760 mil millones de dólares.

Ahora bien, Japón  es el primer país en dependencia energética a escala mundial. Respecto a su demanda de hidrocarburos, es competidor de EE.UU. y China de los abastecimientos provenientes de Arabia Saudita. Por su parte, sus importaciones originadas en Irán, coloca en aprietos al país del sol cuando se trata de avanzar en sanciones a la nación Persa, como las que entran en vigor precisamente este 9 de septiembre.

La deflación y la crisis económica ha llevado al país del sumo a una suerte de interinidad en la que desde 2006 ha visto desfilar cinco primeros ministros, mientras el déficit fiscal cabalgante y la deuda pública, la segunda del mundo después de la de Zimbabwe, son factores de inestabilidad en una nación que en el periodo 2008-2009, ha visto reducir su consumo de energía primaria en 6.7%.

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