2010/04/26

LAS ELECCIONES DE MAYO
Iván Saldarriaga
Apenas en los últimos días ha empezado a clarificarse el estado de la opinión pública en relación con las elecciones presidenciales de mayo. Según las últimas encuestas pasarán a segunda vuelta Juan Manuel Santos y Antanas Mockus en tanto que los demás candidatos adherirán a uno u a otro. Las heridas de la campaña anterior a la primera vuelta podrán definir las alianzas que veremos antes de la segunda vuelta.

Los choques de Santos y Noemí Sanín dan la impresión de una mayor cercanía con Mockus en el caso de que el partido Conservador tenga que escoger entre los dos finalistas. El partido Liberal, por el contrario, tiene afinidades con Santos antiguo liberal, y con muchos exliberales ahora pertenecientes al partido de la U. La carta de una alianza con Santos pondría al partido Liberal dentro de la coalición de gobierno y acercaría la reconstitución del gran partido liberal del pasado, que con sus mayorías, nombraba presidentes y controlaba el congreso.

Pero también muchos liberales podrían acercarse a Mockus, pues de muchos de los votos que eligieron a este en la Alcaldía de Bogotá fueron votos liberales, y en este caso se repetiría, en torno a Mockus una alianza similar a la que, en otros tiempos se hizo en torno a Belisario Betancur.

El Polo Democrático Alternativo esta, aparentemente, aislado a pesar del esfuerzo de Petro por tender puentes con otros partidos. Cambio Radical probablemente se acercara más al partido Liberal, pero, en todo caso, aun no hay nada decidido en relación con los dos candidatos mayoritario y su capacidad de atracción de dirigentes y de votantes de otros partidos.

Está por verse que imagen cobra más impulso: el continuismo de Santos con la carga que representan los fracasos de Uribe en el campo de la corrupción y los derechos humanos o la renovación política representada por la honestidad y el respeto al Estado de derecho de Mockus.
Queda además pendiente la devolución de las tierras a los refugiados de la guerra y la agenda de lucha contra el paramilitarismo que ha renacido en el campo y que controla una buena parte del congreso que se instalará el próximo 20 de julio.

El hecho de que Petro sea un candidato minoritario no le resta fuerza a sus planteamientos que se refieren a la raíz de la guerra que se vive en campos y ciudades a pesar de los últimos ocho años de la “seguridad democrática”. Los nuevos desafíos representados por la hostilidad de Venezuela y por la reactivación de las FARC en algunas regiones resaltan la inviabilidad futura de políticas de maquillaje que dejen de lado los problemas de fondo y la necesidad de enfrentar por fin los problemas sociales que se han venido acumulando durante los años en que se sostenía que bastaba enfrentar los problemas de orden público porque entonces la sociedad resolvería automáticamente los otros problemas como desempleo, pobreza y carencias en educación, salud o vivienda.