La historia de las guerras
europeas, que solo en el siglo XX están retratadas en la Primera y Segunda Guerra Mundial, es un antecedente de relevancia para
comprender el sentido de la constitución de la Unión Europea (UE), un instrumento que desactivó la confrontación militar como resolución a las pugnas de carácter político
y económico entre los países del Viejo
Continente.
Aún así, las perspectivas
autonómicas del Reino Unido, que ingresó a la entonces denominada Comunidad Económica
Europea predecesora de la UE en 1973 y que derivó en la realización de un referéndum
en torno a la permanencia británica en el bloque unitario, ha concluido con un
resultado favorable a la salida de Inglaterra del Tratado de Lisboa o de otra
forma del proyecto comunitario europeo.
La decisión representa un giro en
la política que orientó el quehacer de los gobiernos de Europa Occidental en
media centuria.